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R. CÚNEO - VIDAL
artistas mayas describieron gráficamente las espantosas catástro–
fes que sumieron a su nación en las profundidades del mar Ca–
ribe, no las desamparó hasta el final de su vida.
Otros hombres de ciencia, y entre ellos el profesor Max Uhle,
a cuya vasta cultura y claros merecimientos rendimos parias, acer–
taron a dar un rumbo y una coordenación razonada, desconocidos
por el pasado, a los problemas arqueológicos y raciales ameri–
canos.
Salieron a relucir en tal forma, en una suerte de concadena–
ción de culturas americanas, la cultura · protonasca desestimada
por el pasado, la subcultura uroatacameña y otras.
Cúpole al Profesor Posnansky el mérito de haber visto en la
metrópoli prehistórica del Collao, asiento que fué de la primera
civilización que él llam.a aimara y nosotros protocollagua, la
cla–
ve
de la vida cultural de América, o en otras palabras, el primer
eslabón de una cadena de la cual fueron eslabones secundarios
las restantes
manifest~ciones
culturales de nuestro hemisferio.
Del Profesor Posnansky conocemos las obras siguientes, con-
sagrados al tema, :uara él absorbente, de Tiahuanaco:
Estudio Petrográfico de Tihuanaco.
Un viaje en ·el lago de Titicaca.
Razas
y
monumentos pr·ehistóricos d,el 'altiplano ·andi1w.
JIonumentos prehistóricos de Tiahuanaco.
Tiahua~aoo
y
las razas
y
m),
onurnient.osprehistóricos de·l Al–
tiplano.
Tihuanaco
y
las islas del Sol
y
de la Luna.
El clima del altiplano
y
la ext!ensión del lago de Titicao.a con
relación a Tihuanac.o en
fus
ép
1
oc:as prehistóricas.
Guía general de Tihuanaco ¡e islas del Sol
y
de
la
Luna.
Una metrópoli prehistórica :en la América del Sur.
Se verá por los títulos que acabamos de citar que el Profe–
sor Posnansky escribe
Tihuanaco'
y
no
Tiahuanaco,
como han es–
crito en tiempos pasados ochenta cronistas, alguno de ellos de es–
tirpe americana
y
como tales, posee.dores de los rudimentos de
las lenguas aimara y quechua.