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tud y con ella el
entus~asmo,
el deseo de
conquista, la ambición lógica, justa de la
edad, en que los s ueños de grandeza lle–
van hasta el sacrificio.
Los que esperan de esos hombres el sa–
bio consejo o la iniciativa práctica, solo
hallan indiferencia y hasta cansancio,
quedando así sin resolverse y muchas ve–
ces sin plantearse siquiera, infinidad de
problemas, que debían traducirse en in–
dustrias florecientes, que habían de cons–
tituir grandes fuentes de riquezas para
es te país, que tiene la obligación de as–
pirar a tener vida propia, con los sobra–
dos elementos de s u suelo rico y generoso.
Es por eso que, Jujuy, que solo explota
en reducida escala lo que tiene a la ma–
no, carece de capitales suficientes para
grandes empresas, atravesando casi siem–
pre por una situación financiera difícil,
sin poder formar fondos de reservas pa–
ra ninguna industria nueva, siquiera de
relativa importancia - excepción hecha
de
los dos ingenios que trabajan en aque-