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C()RO
/Oh
dulcÍsimn
María}
·madre
de CopJ!cabana,
venimos en buscli
t_uya
protertora
soberana.
Ay!
Señora,
.1yl
Ma1Ía.
0
Consuelo del alma
mía.
Te
ofrec2mos
nuestra
.vida
cual
Mhdre,
Reyna
y
Señora
que de pecadores sois
prenda fiel é io
tercesora.
Como
madl·e
de
las
alrnas
virgen ·pura
y
singular,
venimos de lejas tierras
por conseguir tu piedad.
Los
caminos más
fragosos
lüs vence
mi devoción;
pór vivas ansias
de veros
y
daros mi
corazón.
Y.a he)legado á
vues~ro
te.mph!)