MAITINES.
Invitatorio.
-67-
Qne al oir el nombre de Jesús toda rodilla se
<'~••ble
en el cielo, en la tierra y en los infiernos,
y que toda lengue confiese la gloria, la gracia
y
la virtud de este nombre adorable.
Padre
nuestro, Avemaría y Credo.
} . Oh Dulcísimo Jesús, dígnate abrir mis
lahios.
.S..
Y mi lengna publicará tus alabanzas.
'11.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R.
Como
era en el principio, ahora y siem
pre por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO.
¡Oh Jesús tu dulce nombre
Del mortal am paro y guía
Da á los tristes alegría
Y
al enfermo sanidad!
¡
Pueda yo traerlo siempre
A mis labios con ternura
Y
gustar de su dulzura
La
inefable suavidad!
Ant.
L&
luz resplandecerá hoy sobre noso–
tros, porqne nos ha nacido un Salvador
y
ten·
drá
por nombre el admirable, el solo Dios, el
Príncipe de la paz
y
Padre del siglo futuro,
cu,·o reino
no
tendrá
fin.
Y!.
El
Señor reinó sobre su pueblo y se re–
vistió de gloria.
1):.
Annóse de fortaleza y se ciñó de poder.
ORACIÓN.
Oh Uios Señor Nuestro, te pedimos nos otor-