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ma. Angeles de la corte celestial, os Sltplic;o
rendidamente digái-; al autor de mi vida que
me desfallece sn dulcísimo amor.
OFICIO QUINTO
El Discípulo
.
El Discípulo del Sagrado Corazón de J e¡.Ús
,estará muy atento en la oración y al rec ibir los
santos S acramentos para oir
!>U,.,
divinas pala–
bras é inspiraciones. Se r ogará con gran c;oóá–
tu que todos los hombres, y particularmente Jos
que tienen cargo de enseñ ar, se aprovechen de
su celestial doctrina
y
que nunca le opongan la
menor resi tencia.
Entre d ía,
y
en especial
de~de
las seis hasta las nueve dl( la mañana, en –
trará muchas veces en este santísimo Corazón,
como en una escuela divina, en la que aprende
la ciencia del casto amor que pone en olvido la
vana ciencia del mundo. Cuidará de repasar in ·
teriormente y de poner en práctica la!> leccio–
nes que haya recibido para
!OU
perfección, y
·e
unirá al coro de los QuP.rubines para tener par
te con ellos en los resplandores
y
luces 4ue de
sí despide el Sagrado l 'orazón de Jesús.
Le
pedirá que las difun da en el alma de tantos dis
cípulos del error y de la menti ra, Fara que ilus.
trados conozcan su extravío
y
vuelvan sobre sí,
entrando en el sendero recto.
Con esta inten–
ción visitará al Santísimo Sacramento dil.:iendo
el
Veni Creator.
Su virtud
Recogimiento
y
silencio. Cin ·
co actos cada día -