-]OH-
su corazón en el
S<1g-•
a•·io.
A
1
meterse en la
C:l. ·
ma dirá:
Yo duermo, pero mi corazón ve–
la en
el
de mi Hmado.
Si despierta por la
noche, tꥥase en
e~píritu
á
los celes ti <de-.: an,an–
te'-'
qt te
cl .-jó
en su
lug-ar. En
la ora cic'm de
l.-1
maiian<~
le dará las grac ias
y
renovará la pro–
t~staviún
de amor
<-~1
Sa~-rado
Corazón de
J
!:'·
sús, supl icand"le que encienda el fuego de.::m
clivin'< cari<iad,
vasi
exting-uidn en todos
I C!s
C11·
1
azone.s
tibios
y
lánguido-.:, ¡Jara que ahora
y
eternam""'nte
, · iv::~n ;os ••brr~sa rlns
en
!<liS
r~moro
sa«
lb.
m
:-1.-.: .
1
Jiní tres veces:
!Oh Corazón a–
mabilhiimo!
arda
nues tro corazón en
el
fuego del
vue~tro
en tiempo
y
eternidad.
Su virtud
será la fidelidad de la esp,,sa qut
roba
el
corazún de
su
esposo con pu r <>s
y
<tt·
dientes afe
t ..
s.
Exactitud en la'i co..;as pee¡ne·
ñas. todo pC)r amor
y
en todo animncl.o del aml)r
hará cinco actos cada día.
Máxima.
Nadie puede alc2nzar la
po~Psi c"> n
del cielo, donde se goza
la plenitud del amor.
si el mismo amor no le acompaña en el
ca
m i- ·
no.
JA.CULATC)RIA
¡
ConlZÓil de mi amable Salvador! - H az q ue
arda) siempre crezca en mí tu amor.
ORACION
¡Oh Con'lzón amantísimo de Jesús, f r agm1
rlonde arde aquel amoroso fueg-o que veniste
;Í
traer á la tierra.
y
en que con tanto ahinco de·
seas ver encendidos nuestros pechos! ardan,
Señor, hast<> consumirse en esa llama suavbi-