ORACIÓN
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¡Oh Jesús mío! vuestro Corazón es un teso·
n',
y
nut-!'tra con fianza es la llave con que se
]Jnede abrir. Haced que conozcamos su inesti–
nwble precio.
OFICIO TERCERO
El Adorador
El Adorador, uniéndCJ sus alabanzas á las que
de continuo tributa el Sagrado Corazón deJe·
sús á la S antísima Trinidad, procurará suplir
con frecuentes adoraciones el lastimoso
r
gene
ral olvido que hay de Dios en el mundo. Entre
día
y
más particularments desde las seis de la
tarde
ha~ta
las nueve de la noche, estará delei–
tándo!'e interiormente en aquel ett'rno cántico
que entonan en el cielo los Bienaventurados:
Santo, Silnto, Santo, es el Sefíor Dios To–
dopoderoso,
y lo repetirá con el coro de las
Dominaci (• nes, ofreciéndo con ellas al augusto
Corazón de
J
e::- ús, para su mayor gloria, el bien
que e hace en toda la exten sión de la tierra .
Visitará al Santísimo Sacramento en nombre
de la comunidad, pidiendo conceda á cada uno
de sus individuos. á Jos de toda la compañía.
á
los religiosos de las demás ó rdenes
y
á todos los
sacerdotes seculares, es píritu de fervor
y
celo
con que p>uedan llenar exactamente las obliga ·
ciones de su respectivo estado. Dirá tres veces:
¡Oh
Cora~ón
divino! verdadero adorador
y
amante perfectisimo de la Divinidad,
tened misericordia de mi.