EL AYLLU
sión del territorio, el clan no tiene otra con–
ciencia de sí que como
d~
un grupo de indi–
viduos que ocupan una misma porción de
territorio. Aparece entonces la aldea propia–
mente dicha
1
•
>>
En
las poblaciones aymaras é incásicas
pasan las cosas de un modo análogo. La
fijación de un grupo de familias más ó
menos extenso, en determinado territorio,
repartido por lotes y cultivable en cierto
grado d
cooperación comunista, con un
/'
disfrute colectivo de pastos y ganado, ori-
gina la formación de un grupo de chozas
donde vive la autoridad colectiva, el
mallcu,
el cacique y consejo de ancianos. Este g·rupo
de casas constituye la comunidad de aldea,
la
marca,
vocablo netamente aymara, que
designa el pueblo y la comarca. De manera
que este vocablo comprendería en su sentido
r.
De la Division Ju Travail social,
VI, pág. u6.