EL AYLLU
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evolución de los grupos humanos. No obs–
tante, el concepto de la tribu no puede que–
dar encerrado en un solo molde, ni en
cuanto
á
su estructura interna ni en cuanto
á
las formas de su desenvolvimiento. Por
esto, si se trata de dar una idea más ó
menos redondeada de ese grado de colec–
tividad social
y
política, es casi por método,
y
porque es neCEesario temer ciertos puntos
de inteligencia corn '
cuamdo se investigan
los fenómenos
el
congregaci®n social.
Las aclaraciones que preceden sirven,
pues, de premisas, hasta cierto punto, para
· afirmar que si el
ayllu
despunta en la aurora
de las primitivas poblaciones del centro del
continente como asociación familiar,
llega
después á tomar las proporciones
y
funcio–
nes de clan
y
de tribu. Sin embargo, el
ayUu,
como linaje ó familia subsiste inde–
pendientemente pero con un visible desco-
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