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CATÁLOGO RAZONADO DE LA
ECCIÓN LINGÜÍ 'l'lCA
por Juan Pablos, á quien lJaman « prim'er impresor que á esta
tierra (México) vino », pero si es que ta l libt'O existió, parece
que se ha perdido, y aun en cuanto á la fecha de su publica–
ción varían entre 1532 y 1535. Es otro punto fuera de cuestión
que la imprenta fué introducida en Méjico por el virrey Anto–
nio de Mendoza, que se recibió de su gobierno en 1535, pero
tampoco se ha podido determinar con exactitud la fecha de u
establecimiento. El documento má antiguo que compruebe sn
existencia es un libro del que por acaso encontró don Pa cual
Gayangos, do hojas en un puesto de libros viejos de Londres,
en que por fortuna se regí tra el título
(Mamtal de aduUos)
y
el lugar y fecha de su impresión, las que Harrisse reproduce
en facsímile. Al fin de la
fe
de erratas se lee lo siglliente en
letras góticas :
Imprimiose este Mwnital de ad11Uos en la grá
ciiidctcl
d/
11
Jlfexico por má.dado d' los Reverédissimos Señores
Obis
\\
pos d' la mievct Espanía
y
á
sus expésas : en casa d' J1ta
Groni
1\
berger, A1ío cl'l naoimiéto d' nuestro señor
Jes~¿
Christo
d'mil
11
y
qitiniétos
y
quaréta. A XIIJ. dia.s d'l mes de Deziébre.
'.ral es la fecha del primer libro conocido impreso en el nuevo
mundo.
Es un punto obscuro, si Juan Cromberger, que aparece como
impresor del
Mcinitetl de aditltos,
se hallaba presente en México
a l tiempo de su publicación. Todo induce á creer que
M .
Crom–
berger fué un célebre impresor e tablecido· en· Sevilla. En el
mismo año de 1540 en que se imprimía en Méjico el
Manital do
aclitltos,
se daba
á
luz por la imprenta de Juano Cromberg·er
(sio)
n famosa edición de
Palmerin d,e Oliv'a,
y en el colofón de ella
e agregaba á su nombre : « que Dio perdone» (V. Brunet).
Y para, que no quede duda que e tas palabras significa.i1 que
había muerto ya en e e año, en otro libro publicado por la misma
casa
(Diálogoºllamiado Dem.6orates,
por J . de Sepúlveda) se de–
cía : « Fué impresso en la ciudad de Sevilla : en casa de Juan
Cromberger, clifnnto que Dio aya. Acabo e
á
veynte y ocho dias