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hi zo que los espíritus soltasen la ri sa
á
caquin os.
Cor.noen ninguna par–
te
faltan bromistas,
á
uno de los ten–
tador es, se
le
ocurri ó emfuo rrachnr ni
· músico. Entusiasmado éste cori la
bu ena chicha, la fiesta pase'> de pun–
to,
i
el :-:orro 1Jorrachit0, pierde su
gravedad
i
comienza
á
za patear al
son ele
1a guitarra,
en
tonando con
voz meliflua 1a copla sig uiente:
Arrímate
rechinan te
para
que
pase
el
llanque,
i
tenga ancho campo
adonde extender e1 poncho.
Ébi-io el zori·o, ponía oidos de mer–
cader
á
las instancias del cóndo.r pa–
ra i·egresmsc; por lo que aburrido és–
te,
i
aproximándose
la
noche, leva n–
to
el
vuelo
i
se vino
á
tierra.
·
Al
despertar e1 zorro se vió solo
en esa inmen siciacl , sin su querida
vihuela, que se
la
habían hurta do ;
hanJbriento
i
sin
una r>luma ele
él
Ve
por rastro: en una palabra, abando–
nado de todo el mundo. Acongojado
i
temeroso comcnzo
á
llama r
i
clar
g ritos conmo,·edorcs; pero en 'l:ano.
Recorría de arriba a bajo ,
i
de un lado
á
otro esas extensas praderas sin ser
viviente
{t
donde solo crecía paja.