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esta ba acechando , no bien le vió par–
tir, descubre el tapado
é
hizo
un opí–
paro desayuno con
la
r eserva del pu–
m a .
Esle, que regresa cuctndo
el
Sol
d a ba sus últimos chisporroteos, se
pone rabioso a l encontrarse con qu.e
har>ía
des~parccid o
su comida, i Yasc
' ;:11
µos del lac h·ón.
Vaga11do sin 1·u 111bo, dió con un
zorro profundamente dormido. El
bufcín puma
á
fin de interroga rle po'r
el
hurtador, quiz'o despertarlo. For–
mó un manojo de pajas, con
el
t:ual
se puso
á
cosquill a rle el hocico. El
zo rro en la creencia de que se trata–
ba de moscas, las ahuyentaba coi1 el
rabo, prorrumpiendo socarron a men–
te: "Afuera moscas! que acabo. de
a rrebatar su presa al león!"
Asi se descubre al puma, que co–
jiéndolt! por el'cuello castigó su osa–
día,· estrangulándolo.
El j a ctan<.:ioso hablador por subo–
ca se condena.
El
zorro
i
el
sapo
Como yo nadie corre: acaban de
perscguirmé cinco rangalidos perros
i
me veo aquí como si tal cosa hu–
biera acaccido'.-Que sería cle"ti en un
percance análogo al que acabo ele pa-