OCTAVAS
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gante estilo se enseñan los rudimentos
de la lengua Latina en los Estudios de la
Compañia de Iesvs. Van las observacio–
nes divididas, segun la division de las
Classes·, Reminimos, Mínimos y Meno–
res. Por el Maestro Pedro Migvel de
Quintana, Discípulo que fue de la Com–
pañia de Iesvs de Madrid. Dedicado a la
prudente educacion , [y reli]gioso exer–
cicio de los Padres Maest[ros, que
J
ense–
ñan en los Estudios del Colegio Imperial
de la Compañia de Iesvs [desta
J
Corte.
Con Licencia. E n Madrid. Año [de 1671.
J
Vendese en Casa de l uan Fernandez,
junto
a
la Portería de la Compañia de
Iesvs.-En 8.
0
,
de 40 hs., s. 4 p. n.- (Lo
incluído entre corchetes está muy bo–
rroso en el único ejemplar que hemos
logrado ver cle esta obrit-a).
EL P. PEDRO
DI!:
FOMPERO A.
Consta de que ésta es precisamente la pri–
mera parte de
«El
G1·amatt'co Cvrioso....
»,
impreso también con el nombre de «El
Maestro Pedro Miguel de Quintana», y
descrito ya al núm. 3972.
4292. -Observationes in Librum
D. D. Francisci de Perea Doctoris Sal–
manticensis, cujus titulus est: Lydius
Lapis Recentis Antiprobabilismi: Editae
ab A ntonio Florentio S. Theologiae
Doctore. Tolosre. Ex Officina Typogra–
phica Nic. Henault. M. DCII. Cum Ap–
probatione Doctorum
&
Facultate Supe–
riorum.-En 4.º, de 389 ps., s. 10
1
/i
hs.
p. n.
EL
P.
JOSÉ
DE
ALFARO.
« ....
el
Libro del D.r Florencio.... nadie
duda ser de vn Jesuita (aunque no de quien
muchos an pensado, y dicho sin funda–
mento)....
»,
escribe el P. Camargo en su
Respuesta apologetica
(pág. 45, núm. 73),
aludiendo en el paréntesis á la voz común
de los Doctores de Salamanca y de varios de
la Compañía que le daban por autor del
libro, por más que realmente no tuvo nin–
guna parte en él.
«
L'abbé Le Dieu
(Youmal de la vie de
Bosrnet,
t.
I,
p. 467) dit
a
tort que le
P. Gonzalez serait l'auteur de cet ouvrage,
ou du moins de la préface; l'auteur est le
P. Bern. Sartolo, S.
J.»,
dice por su parte
Sommervogel
(m,
1599), sin reparar en que
el P. Sartolo fué uno de los más denoda–
do probabilistas de su tiempo, y tan decla–
rado antiprobabilista el autor de las
Obser–
vationes,
que deja atrás al mismo
P .
Tirso
González, á quien defiende. - Es verdad
que también terció en este debate el
P.
Sar–
tolo;
pero fué justamente para publicar á
nombre del Dr. Perea el
«Lydi1's Lapt's....
»,
de que hablamos al núm. 4207, y contra el
cual se dirigen estas
Observatioues.
Quizás
fuera eso mismo lo que nos quiso decir
Sommervogel, y se confundiera con la prisa.
En
todo caso, su autor es el
P.
Alfaro,
cuyo nombre llevan escrito de letra del
tiemJ=!o, como de tal, los ejemplares de las
bibliotecas del Colegio de Loyola y de la
R esidencia de Madrid, y á quien igual–
mente se las atribuye Oudín en su artículo
(Ms., pág.
2).
Como el
P.
Alfaro fué gran amigo del
P.
Tirso González, y vivía á su lado en
Roma á tiempo que escribía su obra, es muy
posible que se sirvi ra de él para algo. De
aqui tal vez el origen de la atribución del
Ab. Le Dieu, sobre la que merecen también
leerse Dollinger y Reusch (
Geschz'chte der
111oralstrr.it.,
I,
246
).
4293.-0ctavas en que se manifiestan
los lamentos de las Madres de los Niños
Inocentes, que el cruel Herodes hizo
matar: Por Don Antonio de Escobar y
Mendoza, Presbítero.
P~lma,
Imprenta de
Sebastian García, 1813.-En 8.
0
EL P. ANTONIO
DE
ESCOBAR
y
ME
DO:ZA.
No hemos visto ningún ejemplar de esta
obrita, cuyo título
copiamo~
.de Bover