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VIDA. Y HEROYCAS VIRTUDES
obrados ultimaménte por su intercession.
Con Licencia: En Madrid: En la Imprenta
Real de la Gazeta. Año de M. DCC. LXIII.
-En
8.
0
,
de
489
ps., s.
4'/.
hs. p. n.
E.
EL
P. ANTONIO ESPINOSA.
La dedicatoria á San Luis, en que se da
cuenta de las razones que tuvo el editor
para «cambiar algunas clausulas, omitir
otras, que no parecieron necessarias para la
verdad de la historia,
e
introducir por via
de
Appct~dice
la relacion de algunos mila·
gros, que ultimamente se han publicado en
hojas sueltas, expuestas a desaparecerse:.,
va firmada con las iniciales «A. E. D. L.
C. D. J.:., que son, precisamente, las del
«P. Antonio Espinosa, de la Compañia de
Jesus:., á quien se concede la licencia para
la
impre~ión
de la
Vida.
3689. -
Vida. Y Heroycas Virtudes
del Vh
1•.
Padre Pedro de Velasco, Pro·
vincial, que fué, de la Compañia de
]e–
sus, de Nueva-España. Por el P. Fran–
cisco Xavier de Farra de la misma Com–
pañia de Jesus. Con Licencia en Mexico:
En la Imprenta de Doña Maria de Ribe–
ra. En el Empedradillo. Año de. 1753·–
En 4.
0
1
de 170. ps., s.
7
hs. p. n.
E.
EL
P. FRANCISCO
JAViER
LAZCANO.
'
En los apuntes de Caballero para el ar–
tículo del P. Pedro de Velasco leemos lo
siguiente:« Petri vitam jamad a. 1653. ejus
discipulus Franc.. Xav. Faria vehementi et
copioso calamo scripserat; qure tamen non
nisi post exactum seculum in lucem prodiit,
id in primis agente Franc. Xav. Lazcano,
c~i
eam Provincialis Nov.-Hisp. emollien–
dam aliquantulum, simulque breviandam,
ac perpoliendam commiserat, ut ex Mexi–
canis nostris accepi».
Cuanto al tiempo en que el P. Farra or–
denó su
Vida,
no puede haber
1:1.
menor di–
ficultad; pues él mismo nos recuerda en la
Introducciótl,
el «presente afto en que es–
cribo este quaderno, que es el de 1653.
a.
los quatro años del transito
A
la eternidad
del P. Pedro de Velasco» (pág. Jo•).
Avisando, algo más adelante, que
e~
tes–
tigo de vista de gran parte de lo que refiere
de dicho Padre, añade la siguiente cláusula:
«Tambien hablo de experiencia propria en
lo que toca al oficio de Maestro de Novi–
cios, y trabajos, que padeció esta Provincia
en su Provincialato, como Novicio, que fui
suyo, y despues su assistente, continuo
a.
la
disposicion, y despacho de muchos,
y
gra·
ves negocios» (pág.
11•)
-Pero es lo curioso
que, tratándose luego muy despacio de lo
bien que supo ejercitar el P. Velasco su
«oficio de Maestro de Novicios:. (págs. 55-
66), de los «trabajos que padeció esta Pro–
vincia Lde Nueva España] en su Provin–
cialato», nada absolutamente se toca de par·
ticular en toda la
Vida.
Y eso que es por
demás solemne el exordio con que prepara
el autor los ánimos de sus lectores para que
le presten atención á lo que
se
dispone á re–
ferirles, como «testigo de vistu, de lo ocu–
rrido en el provincialato del P.
Velas~o.
«Parece (dice) que le previno NrO. Sr.
para la afliceion que le esperaba; porque
viniendo ya de la Visita de los Colegios
á
Mexico, y hallandose en el Noviciado de
Tepotzotlan, por el mes de Diciembre de
1646. un dia diciendo Missa en el Altar de
la limpia Concepcion de la Virgen SSma.
que está en nuestra Iglesia, reparó un· Re–
ligioso nuestro, que le ayudaba, como en el
primer memento, antes de consagrar, mi;
raba y remiraba atentamente una efigie del
Rostro ,de Christo Seftor nuestro, que tiene
el Altar, llevo los ojos del ayudante
e~ta
advertencia de su Provincial al
Facres
Clwish',
y vio que brotaban por aquella efi.
gie sacrosanta unas pequei\as gotas de su·
dor. En el segundo memento quedó el
P. Provincial Pedro de Velasco como fuera
de sl, con los ojos fixos en la misma efigie,
y hechos los signos de la Hostia sobre el
Caliz, tomando la Patena para signar, se
quedo suspenso otra vez, con los ojos
clava~
dos en la misma Imagen, cuyo sudor ya cor·
ria entonces en gruesas gotas desde la frente
por todo el rostro....•. Como sucediese
lo
mismo los días siguientes, juzgaron los en·
terados del caso que «sin duda
er~
aviso.