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ILLVSTRISSIMI D. D. JOANNIS

563

cido, y probablemente inédito, de la que,

á

10

de Agosto del mismo año, dirigió

á

los

olvidados en el primer envío; ya que, con–

viniendo con aquélla en la substancia, y

muchas veces hasta en las palabras, tiene

el merito de la novedad ó la rareza.

'

cAviendo

mere~,;ido

la causa del Illíño

S.r D.n Juan de Palafox Obispo de la Pue–

bla y de Osma (dice el P. Tirso Gonzá.lez)

el que el gran juizio de muchos, y grandes

Prelados de nuestra España la ayan favore–

~;ido

en años passados escriviendo cartas a

su

~ant.d

pidiendo su Beatifica¡;;ion, devo

persuadirme que

a

muchos avra causado

reparo el que en este ultimo lanze yo y la

Comp.

a

toda aya sacado la cara a hazer opo–

sici~n,

quando el sobreescrito que lleva de

causa pia de honor de la Nacion, y ser re–

gular que tales causas corran sin experi–

mentar semejantes estorbos, pareze esenta–

ban

a

la del S.r Palafox de oposicion alguna

de la Comp.a y de un General Español.

Para ocurrir

a

este reparo y para la suplica

que a V. S.

l.

hara mi rendimiento, me ha

pare~;ido

ser de mi obligacion el informar a

V. S.

J.

para que enterado de la ocasion,

causa, y motivos que an precedido a lo que

la Comp.a ha executado cese (como segura–

mente lo espero) qualquier reparo que nues–

tra oposicion puede aver causado. Las dili–

gencias en la Causa del S.r Palafox corrían

en esta Corte [de Roma] con vn secreto

sumo (y aun a juizio de muchos prudentes

estimado nimio) de parte de la Comp.•, assi

por la calidad de la Causa como porque el

abiar no pare¡;;iesse acaso retribucion

a

los

disfavores con que es notorio al mundo que

la trato y maltrato el Sr. Palafox. Llegose

al punto de si se avían de conceder,

ó

no,

las remisoriales para que se hiciessen

Atl·

ctoritate Apostolica

las informaciones para

su Beatificacion, no absolutas, sino con la

limitacion

tze

j>tuanl

testimom'a,

restringi–

das al examen de los testigos que hubies–

sen ya depuesto. Una de las Animadversio–

nes,

O

reparos que por oficio, sin interven–

cían de la Comp.•, hizo el Illíño Promotor

de la Fee fue tomada de vna carta que el

Illíño S.r Palafox en 8. de Enero de 1649.

escrivio desde la Puebl¡¡ de los Angeles

a

la

Sanctidad de Innocencio X. recargando en

ella

110

solo

a

particulares personas de la

Comp.•, sino

a

todo

el

cuerpo della sin per–

donar aun

a

su sanctissimo Instituto, ade–

lantandose con la conclusion (que no du–

dare llamar demasiadamente arrojada y ar–

diente) de que la Religion de la Comp.• como

miembro no súlo infructuoso e invtil pero

aun pernicioso en la Iglesia devia ser cor–

tado. Esta Carta apenas

llego

a

Roma

quando en la Francia, Flandes y Olanda

aparecio impressa en libros de notorios

Jansenistas y Calvinistas de quienes no se

puede dudar tomarían este cuidado, y tra–

baxo de la impression de la Carta por juz–

garla papl muy· proporcionado al odio

grande con que semejante raza de gente ha

mirado, y aborre¡;;ido

a

la Comp.•, no sin

gran gloria nuestra de ser de tales odiados.

A esta Animadversion,

ó

reparo del Pro-'

motor Fiscal no

pare~;e

avria entendimiento,

ó

prudencia que no esperasse alguna tem–

plada respuesta de parte de los Postulado–

res de la causa del S.r Palafox,

ó

negando

ser suya la Carta (pues andaba en alguna

aunque muy corta disputa)

ó

buscando al–

guna excusa si la podía aver: pew dexando

esos caminos les

pare~;io

mas breve el hazer

a

la Comp.• el mas enorme agravio, y la in–

j uría mas atroz. Afirmaron en voz, y escri–

tos, que la tal carta era del

S;

Palafox; que

el-averla escrito era accion de zelo, y de vir–

tud heroyca; y que todo lo que la Carta

contenia era verdad, dexandose precipitar

tanto de su passion, que no repararon en

traer por unico apoyo, y prueba de su res–

puesta el que assi lo dezian Antonio Ar–

naut, y Villelmo Vembroquio [el Dr. Ar–

nauld y Guillermo Wendrock

=

Pedro Ni–

cote], dos de los Jansenistas mas notorios

que ha producido

ó

abortado el presente si–

glo. Este fue el lanze en que la obligacion

de su profession no permitía

a

ningun Je–

suita el silencio, ni a mi la gravissima obli–

gacion en que Dios con el oficio me impuso

de defender todo el cuerpo de la Comp.•

gravissimamente injuriado, y todo el sa–

grado de su Instituto agraviado en la Carta

del S.' Palafox, y en la animosidad (por no

calificarla al par de su merito) de los Pos–

tuladores

ó

Agentes de su Causa; pues se

veia que en tal forma de respuesta aun mas