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PREUISTOR[A
E<'UATüRIAi'A
el valle de Yunguilla,
á
la margen derecha del Jubone ,
en el punto en qu e este río recibe al río de Mina .-Sobre
ese edificio vamos á emitir, aunque con mucho recelo,
una conjetura, que es aventurada.
Según parece, ese edificio no tenía cubierta nin g una,
y se componía de un grupo de parede de altura desig ual.–
¿ Cuál sería su obj eto? -
Puede ser que haya servido de
adoratorio, dedicado al culto de la Luna, que era la divi–
nidad principal de los Cañari s : el número de las paredes,
la altura y la disposición de ellas harían las veces de uno
como calendario de invención original.
Tan destruída - estaban ya aquellas ruinas, que, con
mucha paciencia y con grande trabajo, pudimos levantar
el plano de ellas, aunque no qu edamos enteramente segu–
ros de haber acertado completamente.
¿Las paredes longitudinales serían los meses ? ¿ la
transversal es la división de los meses en semanas? -
En el lado izquierdo e tán dos series de cuadrados pe–
queños : en el derecho hay veinte y cuatro: en el iz–
quierdo sólo veinte.
El mes lunar tenía veinte días:
estos veinte días se distribuían en cuatro series de
á
cinco
días,
y
los meses eran
di~z
y ocho, número, acaso, ex pre–
sado por la suma de todas las líneas, así lon g itudinales
como transversales. -
Esta es una mera conjetura, que
á nuestro propio juicio, carece de fundam ento sólido, y la
emitimos sin pretensión ninguna de sostenerla con empeño.
Cieza llama al Inga - Pirca aposentos de Tomebamba, y habla expresamente del
templo del Sol, que hacía parte de esos aposentos ó edificios. -
¿ Qué templo
podía ser ese sino la elipse con la casa edificada encima de ella?
Es necesario advertir que Cieza de León emplea en dos sentido Ja palabra
Tornebamba : unas veces designa la ciudad de ese nombre. y otras Ja provincia
antigua del Azuay, ó la provincia de los Cañaris, como dice Cieza. Cuando
describe el Inga - Pirca emplea la expresión de Tomebamba, para designar la
provincia.
·
Hé aquí, á la letra, las palabras de Cieza : -
El templv del S1Jl era llech1J tle
piedras muy mtilmente labradas, y algunas de estas piedras eran 11111y gra11r!es,
unas negras t1Jscas
y
1Jtras parecían de jaspe.
(Capítulo
41°,
de la Crónica del
Perú. -
Primera parte).
En cuanto á los conocimientos a tronómicos que alcanzaron Jos Incas, los
refieren todos los antiguos croni tas y los historiadores, que han tratado de la
cultura de los antiguos soberanos del Cuzco. -
Citaremo aquí la monografía de
Ir.
M. J. Du- Gouu:Q,· titulada: "La Astronomía entre los Incas". -
París,
1893. -
Véase, además, la Carta, que el Señor Doctor Reiss Je dirigió al
'eñor
García Moreno, el año de 1873, dándole razón de los viajes de exploración que
habfa verificado á las montaña del Sur de la República. -
(Riobamba, 8 de
Julio de 1873. -
Imprimióse en Quito en la imprenta nacional). - Ya el Señor
Doctor Reis
o pechó que la elipse podía haber servido de adoratorio; y, ha–
blando de las piedras de que está construida, dice la siguientes textuales pala–
bras : -
Las piedras, que, muy bien trabajadas, &1Jmp1J11e11 las murallas, se deben
/Jaber traíd1J de bastante lej1Js, p1J1-que
lllJ
se c1J111Jct el
prmliJ
d1J11de tales 1'1Jcas se
c11c11enttan m
siti1J.
-
La 'autoridad del eñor Doctor Reiss en esta materia es
muy respetable
y
decisiva.