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alguna cartas ue tribunales ue la ' In dias en que pedía n esta recopi lació n. El li–
cenciado Cristóbal Cach de Santillana,
fi
ca l de la
udiencia de Lima , fué uno
d e los que instaron porella, y en
26
de bril de
r618
se le resp ndi ó:«( Lo s libros que
pedís ele las cédu la
y
ó rd enes dadas para el gobierno de esas provincias se van
re fo rm a nd o y ac rece n tando lo que de nuevo se ha proveído, y en imprimi é nd se,
que se r á co n mu cha brevedad, se os inviarám>. Y fué es ta respuesta con tanta reso–
lu c ió n , porque e l serior D. Fernando Car rillu tomó ta n
á
su cargo esta ob ra,
que no sólo tu va in len to de acabarla, si no tam bién de g losa rla ; engañándole su
grande á nim o y su ardie nte d eseo de hace r á todas la s India s esta merced y be–
ne (ici o. Pero e l ti empo y la s oc upa cio nes de su plaza le di e ro n
á
conocer que ni
ba s taba e l deseo, ní e ra s u ficie nte e l ánimo pi.l-a lo que req ue ría tanto estudio, tra–
bajo
y
asistencia: pues ni aLln pud o saber por me nor el es tado que tenía la Reco–
pilaci ó n. Cuya g ra nd eza es tan ta, que no admite compaf1ía con o tro ejercicio al–
gunu, ni e l que acudiere
á
ella le ha de tener de plaza ni oficio. Y esta parece que
ha s id o la causa de no h aberse acabado e n tant os años.
Proposic ión del se/zor
'J).
juan de C'olór:::,ano P creira, para hace r la 'J(ecop ilación
de lcyes. - Cua ndo
en el Consejo se de , eaba tanto e l ver esta obra acabada yaún
apenas es taba comenzada, trabajaba en ella e n la ciudad d e Lima el señor doc–
to r D. Juan de Solórzano Pereira, oi do r que e nto nces era de aquella Audiencia,
hoy caballero del
r
Iábi to de San tiago y jubil ado e n los R ea les Consejos de Casti–
lla y de Indias , qu e con doctos, e ruditos y admirables tratados ha enriquecido los
dos
;\~und os
y mu cho más el . 1uevo ele la s Indias. o se podía en el Perú acabar
e s ta Rec opi laci ó n po rqu e se carecía de las r ea les cédulas ele las demás provin–
cias y de toda s la s de la navegació n , qu e son infinitas y no poco importantes. Y
po r esta razó n (e ntre otras) es esta o bra vinculada á sólo el Consejo, que es donde
se g uarda to j o e l ma terial d e su fábrica. El señor D. Ju a n de Solórzano, en carta
de
8
d e Abril de
[618
111ani fcstó u inte nto
y
re mitió al Consejo por mue s tra de
su ejecu"ión los títulos e n que la iba disponiendo, reducid os á · siete libros yor–
d e nada alguna pa rl e del primero segLIO las cédL1las que allá pudo adquirir con
suma dili,:c nc ia. Ofreci ó a imismo entonces el libro latino, que después sacó
á
luz en esta corte, Jel Derecho de las Indi as, en que descubrió sus mejores, ma–
yores
y
má s ciertas n o ti cias. Este t ratado se aceptó po r el Consejo ,
y
en cuanto á
la recopilaci ó n, se le respondió en ca rt a real de
20
d e 1\1arzo de
1619:
«Ha pareci–
do
!l
uy bien el es tudi o y trabajo ' que e n esto habé is pues to
y
os lo agradezco .
y
encaro'o c \j ntin úe is el libro de latín. hasta ponvrle enentera perfección, Porque
lo que tOfa á la Recopi lac ión de las cé\..l ulas está pendiente en el dicho mi Consejo
de las Indias e l recoge rl as y poner la s e n orde n
y
así no se os remite, comoquie'
ra que ha parecido bien v uest ro di c urso y cuidado,). Con lo cual desistió desta
obra , aunque despu és, honrando mi s vigilias, tuvo el:. eIJa la censura que re·
ferir é.
Ofrecimiento te el L ic . L eón
p~1 ra
a)"lld.wte de
lA,
R ecop ilación de leyes
y
lo que
Irab~1ió
en
en;¡,
cinco
aizos. -Ll eE;ué de las Indi as
á
esta corte (Excelentísimo señor)
el año de
6:!~
c . n inclinación particular
á
esta obra. P orq ue habiendo estudiado
en la Untversidaj de Lima, aboga\..10 en su Real \u iicncia, serv idoe l corregimien·
to y alcaldía mayor :le minas de la villa de Oruro, y residido algún tiempo en
la Imperial de Potosí. alcanc¿ bastante noticia de la necesidad que había de leyes
en
el g t)bie rn de a-lu",llas provi n ¡a . Para esto presenté en e l Co nsejo un trata-