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GUERllA
-estos dos que hemos nombrado, el capitan Pedro de Lerma é
los otros de su opinion, hablaron para que con gran cuidado
mirasen si el Adelantado salia de la ciudad
é
venia por ellos,
é
si por caso topasen corredores suyos, que se hablasen con
ellos é les hiciesen entender su voluntad;
y
con esta intencion
iban éstos. Salido Perálvarez del real, anduvo hasta que topó
con la gente del Adelantado, porque como dije él babia sa–
lido de la ciudad del Cuzco é llegado á la puente de Apurima,
é mandó al capitan Francisco de Chaves que con sesenta de á
caballo é alguna gente de á pié anduviese con toda priesa,
porque babia sido avisado cómo venia gente de Alvarado á
correr el campo, lo cual supo por parte de aquel los dos que
le envia ron el aviso con indios de su servicio. Francisco de
Chaves anduvo hasta que supo que venia cerca el capitan Pe–
rálvarez ,
é
mandó que su gente se pusiese
á
la encubierta de
un no muy alto collado que allí estaba, aderezados con sus
armas y caballos, diciéndoles Francisco de Chaves que se die–
sen toda buena maña, de suerte que el capitan Perálvarez
fuese preso sin derramar sangre españüla nenguna; é de los
mesmos que venian con Perálvarez eran avisados cuántos
venían,
y
qué manera se habia de tener para los _prender.
Y fué hecho como lo
dij~ron,
porque Perálvarez, sin recelo
que tan cerca dél estaban los de Chile, dió en ellos con los
que iban con él,
é
queriendo ponerse en defensa
é
áun hacer ·
rostro á los enemigos, por todas partes dellos cercado se vido,
é mirando que no podía ya nengun provecho hacer, suspendió
el herir con las lanzas, é retuvo su brazo no cobarde sino de
español valeroso, nacido en ei riñon del Extremo . Francisco
de Chaves ya venia para él diciéndole con palabras amorosas:
«daos á prision, Perálvarez, que otra cosa no os conviene
hacer,
y
del Adelantado no recibireis lo que suelen los ven–
cidos
y
prisioneros, ántes se os hará tal tratamiento, que,
entendida la justicia que trae, por contento os tendreis de lo
servir
y
seguir». Perál varez le respondió: «adonde los hom–
bres no pueden mostrar su deseo, yerro es altercar con pala–
bras lo que pluguiera á Dios se determinara por las espadas
é