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70

GUERllA

-estos dos que hemos nombrado, el capitan Pedro de Lerma é

los otros de su opinion, hablaron para que con gran cuidado

mirasen si el Adelantado salia de la ciudad

é

venia por ellos,

é

si por caso topasen corredores suyos, que se hablasen con

ellos é les hiciesen entender su voluntad;

y

con esta intencion

iban éstos. Salido Perálvarez del real, anduvo hasta que topó

con la gente del Adelantado, porque como dije él babia sa–

lido de la ciudad del Cuzco é llegado á la puente de Apurima,

é mandó al capitan Francisco de Chaves que con sesenta de á

caballo é alguna gente de á pié anduviese con toda priesa,

porque babia sido avisado cómo venia gente de Alvarado á

correr el campo, lo cual supo por parte de aquel los dos que

le envia ron el aviso con indios de su servicio. Francisco de

Chaves anduvo hasta que supo que venia cerca el capitan Pe–

rálvarez ,

é

mandó que su gente se pusiese

á

la encubierta de

un no muy alto collado que allí estaba, aderezados con sus

armas y caballos, diciéndoles Francisco de Chaves que se die–

sen toda buena maña, de suerte que el capitan Perálvarez

fuese preso sin derramar sangre españüla nenguna; é de los

mesmos que venian con Perálvarez eran avisados cuántos

venían,

y

qué manera se habia de tener para los _prender.

Y fué hecho como lo

dij~ron,

porque Perálvarez, sin recelo

que tan cerca dél estaban los de Chile, dió en ellos con los

que iban con él,

é

queriendo ponerse en defensa

é

áun hacer ·

rostro á los enemigos, por todas partes dellos cercado se vido,

é mirando que no podía ya nengun provecho hacer, suspendió

el herir con las lanzas, é retuvo su brazo no cobarde sino de

español valeroso, nacido en ei riñon del Extremo . Francisco

de Chaves ya venia para él diciéndole con palabras amorosas:

«daos á prision, Perálvarez, que otra cosa no os conviene

hacer,

y

del Adelantado no recibireis lo que suelen los ven–

cidos

y

prisioneros, ántes se os hará tal tratamiento, que,

entendida la justicia que trae, por contento os tendreis de lo

servir

y

seguir». Perál varez le respondió: «adonde los hom–

bres no pueden mostrar su deseo, yerro es altercar con pala–

bras lo que pluguiera á Dios se determinara por las espadas

é