374
GUERRA
que se reformase lo que quedaba, pensó de usar del cargo de
teniente general; pero mirado que no convenía por entónces,
hasta saberse si había algunas nuevas del capitan Belalcázar,
lo dejó. Los vecinos regidores de Popayan , visto que el capi–
tan no mostraba otro poder más de la comision de juez, de–
cian unos á otros que se espantaban que un hombre de tanto
seré tan grave viniese con poderes tan cortos
á
una tierra que
tan desviada estaba de donde el Gobernador residía,
é
no po–
dían creer sino que traía más de lo que decia; otras veces de–
cían que no lo entendian, porque les parecía que no vernia Lo–
renzo de Aldana de aquella manera á provincias tan remotas:
é lo que
á
todos ellos hacia creer é pensar que traía más po–
deres era ver que en todo mostraba querer ser parte,
é
hablar
á
los indios, que esto nunca lo quiso disimular. Vista su pro–
vision
é
despues de haber estado en Popayan trece ó catorce
dias, se partió para la ciudad de Cali, donde lo dejaremos
hasta que el discurso de la obra vuelva
á
tratar de él,
é
dire- -
mos de la jornada de Peranzures.