D. MELCHOR
DE
- · RRA Y ROC FUL. 265
ocuparlos, se creerian enterainente indepen–
dientes de su autoridad, se insolentarian contra
ellos y se negarian á los servicios n1as indis–
pensables del culto . El Virey quitó este pretesto
de oposicion , ordenando por decreto de 30 de
Octubre del mismo año de
1684,
que l a:s justicias
reprimieran la malicia de los indios, castigando
á cuantos no acudieran á la doctrina
y
Ininis–
terios obligatorios de la Iglesia, faltaran al r es–
peto de los curas, ó no le dieran la asistencia
debida, siendo pagados por sus servicios. P :;ro,
como no era este el fondo de la cuestion; sino el
conservar la ililnita a liceI).cia de ex lotarlos;
se buscaron. lue o razones pa a al
;rr
ar las con–
ciencia , a a n o la ifilnrmácion e,./traj udicial,
que pudi /' h
en c o tte ag avios, como
el mayoF atentado contra la inmunidad ecle–
siástica. El Arzobispo, dando la señal de
1
santa
alarma, declamaba ponderando la injuri a he–
cha á los ungidos del Señor, y el e cándalo, que
einejantes procesos darian á lo fieles.
¿
Por el
despacho del gobierno , decia, se de con1pone la
organizacion del cuerpo de la Iglesia; por la vio–
lencia del brazo secular quedará hech·=.t
I
iezas .
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esucri to ; endrán
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mas fuerte guarda del presidio de
la libertad eclesiá tica; quedarán los sacer-