MELCHOR DE
AVARRA
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ROCAFUL. 271
cipar de la opulencia de los futuros prelados y
doctrineros ; no pocos por tener á su favor el
influjo de los provinciales, que en eiertas. reli....
giones eran verdaderos potentados. Las pandillas,
las intrigas
y
todo género de seducciones se cru–
zaban entre. los conventos y la calle; llovian 1as
noticias, y los compromisos. Siendo grandes los
intereses debatidos, profunda la excision y
extraordinaria la hcencia de los frai]es, no sien1-
pre podia impedir..,e, que la agitacíon degenerara
en tumulto, ni que la conmocion de los conven–
tos pasase á las fami ias, ligadas en su mayor
parte con los por los ·Vllnc lo <le la sangre.
Los Vireyes qu
vede~
atiz ron el fuego de la
discordia po querer vi<;> en'tar las elecciones,
apénas pod
di-r s s de óndeues con una
mezcla difícil de prudencia
y
energía. Si interve–
nían para contenerlos, saltaba la queja de inmu–
midad violada exagerándose el derecho de exen–
tos ;
y
si no se protegía decididamente á los n1as
débiles, se quejaban del abandono en que se habia
dejado
á
los vasallos del Rey. El Duque procuró
libertarse de mole tas solicitudes, declarando
esde el principio de . u gobierno por máxima
inva-ria le; que no queria saber de lo capítulos
in la paz con que habi n sido celebrado ; y a
í
lo pr ctic' en los nueve capítulos que se cel bra-
'