8
. DON LUIS DE VÉLASCO.
esfuerzos por convertir.
á
sus fter9s, moradores.
La espesura de
laS' selvas,
insalubridad del
clima y falta de aprestos dieron una fuerza
incontrastable
á
la oposicion de los alzados; y
el Perú no ha entrado hasta hoy en el goce efec–
tivo de aquella fertilísima y aurífera region.
Al mismo tiempo, que los jíbaros, se alzaban
los araucanos por segunda vez, y en esta para
no volver á caer mas bajo el yugo colonial. El
Gobernador de Chile, Don Martin de Loyola,
no obstante que desde Lima le
h~bi~n
anunciado
los riesgos
inminentes,
reoorri6, con impru–
dente confianza el terr't rio de Arauco; y ata–
cado de s 'bi o por os indios pereció junto con
~a
reducida fue.rza, que le ac0mpañaba. A la
muerte del
. crbe.rnador
,sigu~ó
de cerca la des–
truccion de los fuertes y poblaciones, que en
aquella frontera poseía la colonia. Las autori–
dades de Chile perdian junto con un
tiempo
irreparable costosos
~acrificios
por las mal con·
·certadas operaciones, y todo aquel reino hubiera
podido perderse, si el Virey no enviara para
salvarlo al viejo D. Pedro de Quiñones, cuña–
do de Santo Toribio y alcalde de·Lima. Por sus
enérgicos y bíen dirigidos esfuerzos pudieron
contenerse los progresos de la insurreccion mas;
en adelante hubo de sostenerse en la frontera el