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ELISA '
CLEOPATRA
ANTÍOCO
CLEOPATRA
ANTÍOCO
CLEOPATRA .
ANTÍOCO
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vuelvan los artificios, vuelva la ira
que el odio teje y que furor inspirá.
¡Elisa!
(Sale Elisa)
Gran Señora,
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a cuyos pies estoy, ¿qué mandas?
Que ahora
a Antíoco le digas que prev.iene
*
con él mi amor. ... Pero aquí viene.
~
(Sale Antíoco)
J
Y bien, querido Antíoco, ¿he de daros
la corona?
.Señora, entre tan raros
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misterios, bien sabéis a quien el cielo
se la da.-
Vuestro celo -
sabe mejor qu-e yo si· la merece,
Y yo sé bien que An'tíoco perece
si ahora no le escucháis.
¿Qué escuchar puedo 3470
cuando tanto en amaros hoy me excedo?
¿Posible es que tan tardo,
por aumentar la cólera en- que ardo,
hayáis a vuestro hermano . permitido
que os haya en tal fortuna prevenido?
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De vuestra suspensión ·él me ha vengado,
y debo a su valor, a su cuidado,
lo ·mismo que esperáis. Ruina es extrema
perder de un vasto imperio
el
gran diadema.
Sentiré eternamente
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vuestra desgracia, y sólo un expediente -
en suerte hallan tan dura
mi amor, mi sentimiento
y
mi ternura,
aunque incierto y terrible, .
.
y a los dos más que triste e insufrible;
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pero antes moriré que torpe
el
labio
con la voz haga al alma tanto agravio.
Mas cuando tanta gloria se abandona,
todo se pierde, en fin, éon la corona.
El expediente,
el
medio
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que puede a tanto mal dar el remedio,
sólo está en vuestra mano y nada horrible, ·
nada funesto tiene, ni insufrible.
Sólo con vuestro enojo, con vuestra ira
todo acaba y expira;
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y,
al padecer fan trágica fortu'na,
todo se pierde, en fin, con Rodoguna.
Ambos cuando más finos la adoramos,
concorde incienso a sus altares damos.
*
Un verso defectuoso.