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enojo que contra el tenian,
y
assi lo·dexaron como
por misterio, hasta el dia determinado; mas Xpo–
ual Colon suplicaua muy de corac;;on a Dios Nues –
tro Señor tuviesse por bien de le 11\lOStrar la tie·
rra que el piloto le dixera. En fin del tercero dia,
Rodrigo de Terrazas
(r )
vido tierra, aunque . otros
d izen que la vido primer9 vn marinero llamado
Gon c;;alo Martín, natural de. Lepe, que yua en la
gauia del nauio de Colon,
y
comenc;;o desde alla
a dar vozes de alegria diziendo: ¡tierra, tierra!;
y
Colon, que estaua en la pro¡¡ del _nauio, dixo que
e l lo auia querido dezir, mas que le auian pares–
ci do zelaji;s,
y
que por este engaño no lo auia di–
cho. P1:1es vista la tierra por todos, comenc;;aron
con gran regozij o y plazer de alabar a . Dios y a
Nuestra Señora ,
y
acudi eron. luego -a Colon con
g ran alegria
'y
mansedúmbre a besall e las
man.os,
pidiendo le
peí-do~
de lo que auian dicho
y
hecho
contra el. Y po r otra parte comenc;;aron de adere–
<:;ar ·la a rtill eria
y
arcabuzeria
y
ballestería
y
las.
<l emas armas co n que se auia n ' de· deffender, por–
que no sabian qu e gentes e ran, si eran moros o
g ent iles. D e manera que .la .ti erra _que primero
vieron e ra· la ysla llamada entre los yndios Gua–
ni guanico, que los nuestros llamaron la
Desse~da,
q ue fue jueues a onze dias del mes de
O t~bre
del
d icho año
y
fiesta de Sant Firmin, Obispo
y
mar–
t ir; natural español, por lo qua! cantaron el can-
· (1)
Así, en vez de T ri ana.