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que al presente auia en la Europa, a que le diesse
fabor y ayuda para hazer esta jornada. Y con esto
se fue al muy catholico y xpianissimo rey Don
Fernando Quinto <leste nombre, y le dixo lo que
auia acerca de la tierra que nueuamente se auia
descubierto en el mar Occeano; fue respondido–
que no le podia dar favor ni ayuda por entofl:ces,
por estar .ocupado en las guerras que hazia a los
moros de Granada. Oyendo esto, se fue a los
muy poderosos reyes de Portugal, y al de lngla·
terra Don Enrrique Septimo, a cada vno por su.
•cabo, a los quales pidio favor y ayuda de nauios
y gente y dineros, el qua! no fue creydo en la
noticia que daua, a causa de los grandes que te–
nían en sus reales cortes; antes hizieron burla
y
escarnio del, siendo hombre muy leydo
y
gran
cosmographo. Pues éon la gran constancia· que
tenia tornó ·a España
y
pidio a Don Enrrique de
Guzman, duque de Medina-Sidonia, que le diesse
favor, y no hallo aquí ningun recaudo; por tanto
se fue a Don Luys de la Cerda," duque de Medi–
naceli, que tenia buenos puertos, para que le ayu–
dasse en_este descubrimiento; tampoco hallo nin–
gun recaudo. Y como vido que por estas partes.
no auia ningun socorro, se torno a Castilla, en
donde le aprouecho mucho la gran c.onstancia
que tenia, en salir con lo que pretendía, y co–
menc;o otra vez a ponello en platica con los -reyes
Catholicos, estando en la cibdad de Sancta Fee.
Estuuieron muchos dias en resumirse lo que en