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s e auia ydo con toda la gente? ; los quales dixeron
que no sabia n adonde se auia y do, sino que a boca
de noche sali eron todos del r eal. Y rezelandose los
corr edores de algunas ce ladas y engaños , se
boluieron prestamente y truxeron consigo al cura
y lo llenaron a nte el tirano, del qual supo de la
poca gente que traya y que atras no quedau a per·
sona a lg una y qu e no sabia del Visorrey, ni donde
estaua, mas que tenia cr eydo que
s~
arna ydo a la
cibdad de Quito por otro_ camino. Y demas desto le
dio noti cia de la poca poluora que traya , Ja qual
era bien mal a y reuenida, por ser de Espafia, que
en la cibdad de Popaya n no la pudo haze r por falta
de salitre y de otros materiales y de maestro que
la supiesse hazer y r efi nar, aunq\le traya muchos
arcabuzeros. Quando Gorn;alo Pi c;:a rro supo que el
Visorrey era ydo y que no estaua en e l sitio y Ju ·
gar que otro dia antes a uia
tom~d o ,
quedaron e l
y todos Jos s uyos pasmados, por lo"qua l el tirano
le peso e n tanta ma ner a que de puro coraje y eno·
jo rauiaua y daua bozes porque el Visorrey se le
au ia ydo de ntre las ma nos, no sabiendo la certini–
dad hazia que parte se yria. Mas m.irandolo bien y
r ezelandose de algun mal siniestro que Je pudiera
venir , embio luego sus corredores para ver donde
el Visorrey estaria, los quales fueron y v inieron
prestamente y Je
dix~ron
de como estaua en
la
cib–
dad de Quito . De lo qu a l peso grandemente a l tira –
no y mucho mas a sus capitanes y soldados: lo vno,
por el fardaje que todos a lli tenian, y lo otro por
aquel ardid que se a uia hecho, adeuinando que se–
rian vencidos del Visorrey y maltratados de sus