/
467
tierra. Y·assi en esta ora muchos seruidores de Su
Magestad querian ya muy mal de muerte a Gon–
c;aloPi<;arro,
y
a su Maestro de campo porque auia
mandado ahorcar a los dos miserables mancebos
sin auer hecho por que, achacandoles que eran
amotinadores, siendo pacificos, que yuan a ganar
de comer al Cuzco. Y como Francisco de
Caraua~
jal estuuiesse junto a la picota y viesse colgados a
los miserables hombres, hazia burla y escarnio
dellos
y
dezia a los que alli estauan con el:
agora
escarnientaran estos caualleros por ser tan bue–
nos ln'josdalgo. Y de aquí adelante no liaran
ningun deuaneo,ni poquedad, ni se an:otínaran,
y
los demas que to s·upíeren escarmentaran en
cabe~a
agelia;
y ¡;issi les dixo otras muchas chufe–
tas donay_res, como lo acustumbraua (1) dezir
~
quantos ahorcaua, que. le parescia a . el que eran
donayres muy graciosos, siendo en si crueles
y
muy malos. Por estas cosas y otras muchas que
vian y notauan los soldados que poco podian, co–
menc;~ron
los vnos de seruir de Gonc;alo Pic;arro de
buena · oluntad, como lo hazian los más principa–
les que auia en la cibdad., Otros uvo
que~
m,icdo
le sio·uieron mucbo tiempo, porque no auia a quien
seruir, hasta que vieron la suya quando vino el
presidente Pedro de la Gasea, que se apartaron
del seruicio de los crueles tiranos, como más· es–
tendidamente se dira adelante en los siguientes li–
bros. Comen aron, pues, los principales hombr
y
los pobres, de temer, porque no pudieron hazer .
(l)
Tachado:
después.