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con otros mucho de la
l~ga,
le dixo: SenorC pecta,
¿podré cenar seo·urarnente
in so p cha
l~;una,
de todo lo que se pussiere delante? Re pondio Ce·
peda y dixo: . s. coma de todo lo que le die ren,
sin rezelo ni ospecha alguna que traycion se le
·haga. Tornó a r eplicar el Vi orrey, diziendo: Se–
ñor Cepeda, mirad por mi , no ea de ·vos en ·aña–
_do ni de otra persona alg'una; dixo Cepeda: ¿como, -
señor? ¿tan ru3 n era yo que sr le q11isi ra matar
que no estuuiera ya muerto sin que v. . ni otro
alguno lo sintiera como se auia hecho? Por tan–
to v. s. coma de todo lo que se le diere, y ha ·a
cuenta que come con mi eñora Doña Brianda; y
porque.;. . esté rna seguro y in aigun :rezelo yo
quiern ser de aqui adelante el maestresala y hazer
la salua de
to.dolo qú e e traxere a la m_esa. Con
esto el Vis orre e ase ·uro algun t anto y comio
de ay a delante de todo lo que
1
dauan, porque
Cepeda le fue siempre mae tre ala y 1 hizo l a
s alu~,
y as
i
comian junto y dormian en vna ca–
mara,. Dos días eran passados quando -acaescieroh
esta cosas arriba dichas
1
que entro
Fray
Gaspar
d~
Carauaja1, sobrino del Factor , en la camara
del \ isorrey, y le dixo: . . e confiesse, porqu
los Oydores lo mandan, que antes d e la noche aura
de morir. El Visor rey, oyendo e to quedo maraui–
llado y se turbo con tan mala nueua, cr eyendo se–
ria verdad y que el mismo frayle le v nia a confe–
sar, mas no perdio esperarn; a de Jo que le auian
prometido, y as
i
pregunto si e taua presente Ce–
peda quando esto se mando. El fray le le di o que
no , mas que los Oydores Alison de Texada y