385
fue
á
su posada embio a llamar a sus capitanes,
con los quales platico de la forma y manera que se
auia
d~
seguir la guerra si Gon<; alo Pic;arro la
quisiesse tener contra ellos y no queriendo venir
al llamado de la Real Audiencia, de manera que
se platicaron muchas y_diuersas cosas, vnas con–
cluyentes y otras no; y con esto se fueron a sus
casas. Venida la noche se puso temprano guardia
a la persona de Cepeda como a Presidente y Go–
uernador, y a Bla co Nuñez Vela, que} a lo attian
traydo del puerto, corno e ta dicho, se le puso tam–
bien guardia, no como a Visorrey, sino como a
prisionero,
y
el capitap de la guardia fue el licen–
ciado Rodrig·o Niño, nata-ral de Toledo, que se
mostro entonces por capital enemigo del Visorrey
y en fabor de Diego Vasquez de Cepeda. Venida
la hora de cenar la demando el Visorrey, porque
le él:.q_uexaua la hambre, que tenia la boca seca del
camino que auia hecho a la mar, y del peligro que
en el auia passado y con él enojo
y
pas ion que auia
tenido, que cierto llego bien fatigado . Assi como
1e dieron el primer seruicio tuuo rezelo que da–
rian algun bocado, como lo tuuo quando comio,
que entonces no di xo nada por el peligro manifies–
to en que estaua,
y
ab·ora tuuo temor que lo des–
pacha~ian
des ta presente vida sin lo sentir, como
se tiene de
co~tumbre
en esta tierra en algunos
malos xpianos. Por lo qual, v-uelto a Cepeda, que
cenaua juntamente con el,
y
estando presente[s]
Martin de Robles, Antonio de Robles, Xpoual de
Barrientos, Ventura Beltran, Antonio Solar, el
licenciado Rodrigo Niño y Fráncisco d Escobar,
G.
DE SANTA CLARA.-II.-I
.º
25