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esto mandó prender al dicho Vaca de Castro y de–
tenello en la carcel publica, de lo qual pesó mucho
en gran manera a muchos vezinos de los que
auia en la cibdad! que eran sus verdaderos ami-
:gos y hazian mucho por el. Ellos, no pudiendo dis–
simular este casso, se fueron al Visorrey y le su–
plicaron no permitiesse que vna persona de tanta
calidad como era la de Vaca de Castro, siendo
vno de los del Real Consejo de Su Magestad, y
criado,
y
auiendo sido Gouernador de aquellos
reynos y prouincias, estuuiesse en la carcel publi–
ca como si fuera vn hombre particular y de baxo
estado. Y que su .señoría les hiziesse muy señala–
da merced, si fuesse seruido, de lo mandar sacar
de la prission en que estaua y ponello en otra
parte que fuesse mas honrrosa y descente, y que
mirasse que el Rey nuestro señor lo auia embiado
a la· tierra siendo Oydor a la sazon en Valladolid.
El Visorrey, por
c~mplir
con
tant~s
caualleros.
como allí estauan, les otorgó lo que pedían y lo
mandó lleuar
á
las casas de Doña Maria d'Esco–
bar, vna generosa y muy honrrada viuda, con se–
g·uridad que le dieron de cient mill ducados de
buen oro, de que no se
)
ria ni ausentaría de aque–
lla casa, y tambien le tenian secrestados los bie–
nes que le hallaron, aunque pocos. Luego los
liti–
gant~s
y co1úrarios
de
Vaca de Castro le comen–
c;aron de le poner muchas y diuersas cosas por via
de acusacion y querella, acriminandolas mucho·
mas de lo que eran. V nos dixeron en sus dichos,
de los que auian tomado por testigos en las yn–
formaciones que se hizieron contra él, que Vaca
de:
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