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1
1
DECtA:RACION
Y
FIN
lt~
princip1ado este trabajo
muy
~
pesat' mio; lo
he
continuado
en la forma que me ha parecido mas
oportuna;
y
he
goz~do
cuando lo he visto terminado, pues
para
mí
há
s~
1
do
una ocupaci0a
muy
enojosa,
· De
·prefacio
me
sirvieron
las
~uat~o
euriosidades
~n-
. contradas
caRi en
el . humbral
mismo
de
la Historia
del ·
P,
Cappat
y
hubiera
podido
aumentar
todavia
este
múme..
re·, ha'«ieado observar
otras
<füsas,
por
ejemplo,
que
en
niinguna
de sus
partes
tiene
índice~;
que sus páginas
soñ
divididas en columnas coin'o los antiguos volúmenés en
fülio, etc.
etc.
.
En la parte prinéipal
de
este escrito, el argumento,
q~e
.me ha
pareei<lo
~as
á
propósito para el
fi?,
que me
había
propuesto, ha
sido
aquel
que
qon
el
m~~tno fin~
habia
empleado el orador
esclarecido
y
grari filósofo, P.
Ventura; porque,
hablando en general,
quien
ataca.11 Fr..
Bartolomé de Lcis
Casas,
combate, menos
la sustancia
de
sus
obras,
que la
forma
cáustica de
su
estilo:
y
entónces,
si se prueha; que hay
otros
varones ilustres,.
y
que hasta
hay
santos
de la
misma
Compañia
de Jesús,
los
cuales,
atln cuando
escr.iben
á
reyes, usan palábras
no )Denos
duras
que las
de Las Casas; ¿Cómo
s~
venerarán los san ..
tos
y
respetarán
á
aquellos varones, condenando
á
Las
,Casas?
En~re
lGs
santos,
el
P.
·y
entura pone
á
San
Luis
B€)ltran
de la
Orden de
Predicadores,
y
á
San Francisco
Javier de lá C<:,-mpañia
de
Jesús;
á
los que pndiera agre•
garse el V.
P.
Margil de la Orden de los Menores, como
lo
indfoamos oportunaniente,:aunque
solo
por incidencia.
En.tre
los
autores, de
fa
misma
manera, hicimos mencion
del P.
Scaligero
de
la
Compañia
de
Jesús,
el
cual, ha–
blando de lo acontecido en Méjico,
emplea
el
mismo
len-