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PADRR
CAPPA
I
/
i ,¿¡
no
htherse
realiz11do
(ññ) ~
A tales compromisos
se
exponia la Es·
~aña
por
atender
á
la oorona. d.e .
Alem~nia.
El
obispo
de
dhiapa
D•
.Fray
Bartolomé
de
las Casas
mur16
en el
óonvento
de
Atocha en
Ma·
drid
á
los
92
años de su edad.
Las Casas dejó un
recnerdo ímp'
cece~eto,
y
su
nombre
está indisolu–
blemente ligado al da
la
América
(oo).
Tuvo
grande aborrecimiento
á la
'Opresión
y
detestó la,
injustioi~;
fue
siempre
muy
desi.nte.res~do
é
in·
cansable en el
trabajo
de
me3orar
la
suerte de
loe
mdios-por
tan
santa
y
noble causa sufrió gravisimos disgustos
y
devoró amargos
y
frecuentes sinsabores. Pero su oélo no fué en general "seoundurn
tmÍTICA
advertir que el Venerable Obispo se contentó con un pe·
so
diario,
y
la Asamblea de
la
República de
Colombia.
juzgó que era
muy
modesta la ptnsion de 30,000
$
anua-
les
que
asignó al Libertador.
.
(
ññ).
Los hechos
desmienten la historia
que aquí
se
ha
narrado. Si
aún en su
retiro se
le
consul~aba;
y
tainto caso
se
hacia
de sus consejos
y
de
su
resistencia; esto quiere ·
decir que
el Padre
de
Las
Casas no
era tan
estravagante
como
et Padre
Cappa pretende
hacer creer.
(
oo)
Hemos llegado al punto
ya
indicado en el prefaqio;
al punto, en donde el P. Cappa escribe
cinco renglones
'IJ
•
medio
en alabanza del P. de Las Casas,
y
las que sirven
de exordio
á
una
diatriba
tal.que
supone tanta temeri–
dad en .quien la escribió.
como
paciencia en
quien
la
ha
ae
leer. Yo hubiera querido poner aquí de nuevo
en
eviden–
cia la
tésis
y
la
antítesis
clel P. Cappa, pero no me atrevo
á
eopia.r otra
vez
las
atroces. acuaacio;nes
contra
~l
V. Obispo
de
Chiapa;
su
aFltor, sin caer
en la
cuenta de
MI3,
se con–
tradicB
á
renglon seguido; mas,
la razon se
~fusca
cuando
la tetquedad
la
previene.
Fíjense
1
pues, los lectores en 1as
palabras ind gnas que.. están
leyendo
en el apéndice,
y
yo
-me contentaré
hacer la
crítica·
de
lo
mas
g1
1
ave
que
en ellas se
contenga
FR. B. LAS
OASAS
9