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~4
.
Cartas
ae
las Mifsionei
tfiaba cierto,que
perderiamos
la vida. Le hizo
fuer~
za efie
di[curfo ,
fe animo ,
y
ú:
mantuvo firme.
Luego que
anlanecio ' Ole
fui
aprifa
a
la
Iglé~
fia ,
entrandotne
por el cor¡e de los arboles;
y
ha–
viendo Centinelas,
y
otras
gentes apo!l:adas por
tO•
das partes, tuve la fortuna que nadie me
vieífe.
A la entrada de la Sacrifiia, que
encontre
abierta,_
rne faltaron las lagrimas ,
viendo los
Caxones, en
que
fe
guardaban los
Ornamentos,
y
Albas ,
el
Ca~
,
liz ,
y
los
otros
Vafos
Sagrados, quebrados,
y
echa~
dos
por el fuelo. Entro en
el
Coro de la Iglefia,
y
veo
el
Altar
medio defnudo , las faba nas amon–
tonadas ,
y
eítando · para regifirar
el
Tabernaculo~
no encontre nn poco
de
aJgodon , que folia
poner
en la cerradura, para que no pudieiTe entrar
en
el
una cfpecie
de
infeéto fernejante
al
tabano ,
y
muy
cotnun
en el Pais.
Hice juicio
,
que
fe havia
vio~
!entado
la puerta ,
y
con mucha adn1iracion ,
gozo~
y
reconoci¡niento
halle,que
no
havian llegado
a
ella:
tomo la llave, que havian
tenido
los Hereges
a
fu
vif~
ta , abro con refpeto la puerta ,
y
recibo a Dios
por
.Viatico,
muy
incierto
fi
tendria otra vez la tnifma
dicha. Porque
que
no debe temer un hombre de
mi profefsion de unos Cot-far iosj
y
mas de unos
Cor~
fados Inglefes?
Havi~ndon1e
comulgado,
me
pufe
de rodillas
a
dar
gracias,
y
dixe al Negro' que fueífe
a
ITIÍ
quarto, que no
e
fiaba lexos.
Fue,
pero
a
la buelta
'
fue
vifio,
y
prefo por un Marinero: pidio gracia el
efclavo
j
y
no
le hizo mal el Ingles. Pareci
yo
al
mifmo tiempo en la puerta de la Sacrill:ia ,
y
fe me
apunto
con
un fufil :
me
rendi'
y
juntos fuimos
a
la
!:orta!eza!
En!randQ
en .
1~ ~laz"
21?fe.!.YC, que
to-i
.
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