CAPÍTULO V
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ellos ni los hablava y questa seria la mejor escusa,
y
que
ella le avia dicho digalo así v. patd., que yo haré lo mis–
mo, y el dicho fray Francisco dixo que no, que mejor era
decir verdad y que ella dixese el provecho que la hazian
y lo que sentia en su alma y los
sern1one~
que le predica–
van; y preguntada qué provecho sentía que le hacian, di–
xo que ninguno sintió en su alma, ni en su condicion, y
f
que esto les avia dicho muchas vezes, al dicho fray Fran–
cisco
y
al dicho Gaseo y ellos le decian que cómo era po–
sible que en ellos hiziese tanta ynprincion y no en ella.
Declara, asimismo, que las joyas de oro y otras cosas que
los dichos fray Alonso Gaseo ·y fray Francisco de la Cruz
le avían dado se las pidió el dicho fray Francisco y ella
se .las dió, porque el dicho fray Francisco la dixo que
el Sancto Officio quando prendia a uno le secuestraban
sus bienes y que no
er~
bien que se hallasen en su poder
aquellas cosas, y que si le preguntaban en este Sancto
Officio que si avia él embiado por aquellas cosas, que di–
xesse que no, ·y que ella avia preguntado al dicho fray
Francisco de la Cruz qué haria de unas cartas que tenia
allí que le avia escripto fray Pedro de Toro
y
otra que le
avia escripto Luis Lopez, y el dicho fray
~"'rancisco
dixo
que las rresgase o las quemase, y diciéndole ella que en
ellas no decía cosa mala, y el dicho fray Francisco dixo
que todavía las quemase porque nombrarían allí a aque–
llos sanctos, y así las quemó-y dixo despues a el dicho
fray Francisco que las avia quemado, el cual la dixo que
abia echo bien-yten dice que un dia, yendo el dicho fray
Francisco a verla, le dixo el dicho Grabiel que si él escri–
bía alguna cosa buena que se la tuviese para sí, que no
avia para qué dar parte a nayde, y el dicho fray Francis–
co le respondió que no podia dexar de dar parte de una
cosa tan alta,
y
de tanto Inisterio como en ella avia para
convertir, y que le diesen crédito y oviese debotos del
ángel; y el dicho Grabiel dixo, ''padre fray Francisco, no
ay para que ayais dado quenta a las pe
rsonas a quien la
aveys dado, porque no os darán credicto, porque.ya sabeys
que a los sanctos quando se les aparecía una cosa del cie–
lo, era despues de mucha
penite~cia,
y vos ni ésta aveis
hecho, por la qual merescays ver ángel y que el demonio