CAPÍTULO V
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María para que se incorporasen en ella para los hablar,
y
dándole ella esta licencia y no de otra manera, hacían cier–
ta manera de conjuro breve,
y
luego ella perdía su sentido
y
se yncorporaban en ella aquel que llaman ángel o. sanc–
to,
y
allí preguntaban
y
ellos rrespondian, y desta mane–
ra se entiende lo que se contiene en esta rrelacion quando
se dize rrespondió el ángel o dixo el ángel tal y tal cosa,
y
preguntó fulano tal
y
tal cossa. Y dize este reo, fray
Alonso Gaseo, que realmente él y el dicho fray Francisco
de la Cruz, creyeron que eran sanctos, y que el ángel que
allí hablava era San Gabriel, embaxador de Nuestra Seño..
ra, aunque hubieron algunas dubdas cerca dello y las iban
comunicando con los dichos sanctos, y que estos sanctos
les prometieron aquellas cosas, contenidas en e¡ dicho
quadernillo, (que fué su treslado en la primera relacion)
y questando este ángel yncorporado, él y el dicho fray
Francisco, se avia.n 0frecido por hijos
y
siervos, el reo de
Sant Dionisio, y el fray Francisco, de Sant Gabriel, que
decían ser los que estavan yncorporados entónces en la
dicha doña María. Confiesa cómo la dicha doña María le
dixo a él y a fray Francisco aquella vision quando se avia
desposado con
J
esuchristo y que todo lo · creyan-yten
que yendo desta cibdad a la de Quito, en el camino avia
escrito la ystoria destos sanctos, la qual avia quemado en
Quito luego que avia abierto los ojos y visto que eran de–
mo
nios; confiesa hallarse muy culpado en avellos llama–
dos
señor.esy sanctos, encomendándose a ellos en sus ora–
ciones, poniéndolos por yntercessores para con Dios, offre–
ciéndose a ellos y dándose por hijo suyo y en avellos
entregado cosas sagradas, como estolas y corporales, para
que ellos las vendixeren, y en aver dicho aquella misa y
aver hecho todo lo demas cerca della; yten, en aver oydo,
rrecebido y escripto proposiciones que le habian dicho los
dichos falsos sanctos, especialmente lo que le dixeron que
crió Dios algunos serafines ántes que criase los cielos, y la
otra de que no era necesaria fee explícita de
J
esuchristo
en aquellos a quien se predica la fee; y que los ángeles
de
la guarda algunas veces se descuidaban y que los supe–
riores los reprehendían amorosamente,
y
en lo que le di–
xeron que el pecador no recibe en su cuerpo el verdadero