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HISTORIA !CLESIASTlCA
otros
tirabJn
á
obscurecer , todo sto
ju r
con
el
concurso
de las
circunstancias
mas ve
tajosas, particularmente con el vigor
de
gobierno sabio
y
firme, operó en lo ánim
la feliz
rcvolucion
que habia
de
reponer e
da
cosa
en su
6rden
natural. Para
dar
u·
idea cabal de esta
n1udanza ,
puede rece/
darse
lo que sucedió en
la
Cámara del
Cl~
ro en los Estados Generales
de
16 14,
y
co
pararlo con
lo
que hiciéron despues los Pr '
lados
que
componían
las asam
blcas
de
168.
1
y
x682.
Este paralelo
dará
á
conocer m.:
que todo _
lo
que
podria
n1os decir
la
di~ l
rencia que el
tiempo
y
los progresos de
r
luces hacen
en
las
opinione~
y
en la
cot:
1
ducta
de
lvs
hombres.
:
ro. Des
pues
que
~e
entabl6 la
costult~
bre
de
beber la instruccion
en
los
manJn · .:
les puros de la
antigüedad , se descub
fácilmente
el
vicio de
las
doctrinas
nue '
y
peligrosas
que iban sacJodo la cara,
y
co ·
denados con censuras llenas de fuerza
y
dt'
claridad volviéron
á
sepultarse en fas
tinie·
bias,
y
los
autores temerarios que las
tu
bian
aventurado no halláron otro efu
que el de una retractacion auténtica
y
si
cera, para substraerse de ]a indignacion p
1
hlica,
y
de 1 justa severidad de los
rribunt·~
les.
ió
no
obstante
la Europa con admi–
rácion
Ja
terquedad de lgunos Escritores
t
re