Siglo
XVII.
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HISTOitiA
ECt.ES!ASTICA
la Ciudad
recomendables en
los dos
c:ex~t
por
las
mismas qualidades.
Entón·ces
Madamal
Guyon se estrechó
tnuchí~imo
con el Du.
que de Chevreuse ,
con
el de
Beauvilliers,
y
sobre todo con el Señor Abate
de
Fene–
}{)n ,
Preceptor
ent6nces
del
Duque
de
Bor–
goña,
nieto
de
Lui~
XIV,
y
despues
Arzo..
hispo de Cambray.
Admitida en
tsta
com–
pañía escogida
la
miráron
y
escucháron
siem•
pre con
gusto
y
con placer,
digamos
tam·
bien con
edificacion ,
y
bien
presto
inspi–
ró, aunque sin
pretenderlo,
~
todos los
que la
componian,
aquella
estimacion .,
aquella
incli..
na-cion
y
aquella pasion
tierna,
de que
nadie
podia libertarse,
quando
se comunicaba
con
ella. Pero
una
cierta semejanza
de espíritu,
de
carácter
y
de juicio , di6
motivo
á
que
entre
ella
y
el
Señor Fenelon
se
originase
una
amistad
m
u
y
estrecha
y
una
union
íntima,
que
fuéron el
principio·
de
sus
desgracias,
y
ele que estas desgracias
comunes se
afianta·
sen
n1as.
Fenelon, aquel hombre de
una al–
ma tan noble ,
tan honesta , de un
corazon
tan recto
y
justo,
cuyo
nombre solo
recuer–
da
todas
las
preádas del entendimiento
uni–
das
á
todos los encantos de la
virtud,
aplau·
di a ]as
ideas grandes
y
nóbles que /
Maaa·
ma
Guyon
babia formado de
Dios,
y
aplau•
día
3Un
mas los tiernos
y
generosos
afectos
de su
am.orpara
con
el
ser
infinitamen·
te