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~
6
JIISTC?RIA
ECLESIASTXCA
Siglo conducta ,
y
cubiertos
de un
especioso ~~
·XVII. terior de la mas ferviente devocion , 2
en
q
horrorosa corrupciou
no iria
á
parar
el
ho
bre arrastrado
al m
r- }
por
un-a--inclinacion l
natur,al
y
tan
fu erte~
Condenados en
Roma los
libros
de
M(
linos ,
fuéron
llevados
á
Francia,
y po·
faltó
para
que
en ella
hi~iesen
una hereg1
que hubiera
sido
tanto mas
peligro<; a,
quan.
to la nueva .
espiritualidad
tenia
á
su favo
en
la Corte
y
en la
c~1
pi
tal
personas
qu
por
su
clase ,
su
crédito ,
su talento ,
s
mérito
y
otras quaJidades
Podi'..n
adquirir
1~
en
pocos
años
un núm·eto
itdinito
de
par
ti
da riostl
Pero
por
forruna
estas
personas
te
•
•
•
ntan un corazon recto , unas tn tenr¡ones pu•
1
ras ,
y
aquella
docilidad de
fndole que
ice-·
de
~
la
voz
de
la
I glesia ,
tan
pront<' ce
mo se
dexa
oir. No hablarémos aquí
de
to
· das
las obras mas
6
ménos
conocidas
qu
se han
publi,ado
"omo
á
porfia sobre
la'
materias espirituales , ni de
t odos los
Au·
tores
cuya
pluma las produxo ,
porque
uno
y
otro
está al presente
en
un
misn1o
olvi·
do. Si
se
conservan todavía
hoy
los
escri·
tos
que entónces
corriéron con
la
mayo
•
•
esttmac1on ,
no se
les mira
sino como
mo
numentos hist6ricos
y
testimonios que
se
con·
sultan para hacer notorios los hechos que
no
han
perdido todo
su
valor , porque
sir·
1
ven