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HISTORIA
l:CLESIASTICA
Siglo
Rey,
que los exterminarian de todo
punto
XVII.
si
no se daban
prisa
á
implorar su
ciernen....
cía
y
á
reducirse
á
su deber. Aunque
hubo
en el congreso un número bastante crecido
de fanáticos, que poco tocados de las ca–
lamidades , de que era causa la
guerra,
no
respiraban sino .independencia
y
rebelion ,
el
menoscabo del partido Calvinista , la pri-- ·
vaci,on de todo recurso , el rezelo de suce-:.
sos toda vía mas funestos, el vigor del Go–
bierno , los alcances del Ministro, su ca–
rácter inflexíb!e
y
otras consideraciones sa–
cadas del estado presente de los asuntos ge–
nerales
y
de
los
intereses personales
~
in·
clináron tGdos los pensan1Ícntos ácía la paz.
Así
que no ·se pensó mas que en los me•
dios que convenía usar para alcanzarla con
condiciones que no fuesen demasiado duras.
El fixar estas condiciones dió motivo
á
al–
gunas di6culrades. El . artículo que causaba.
n1ayor pena
á
lo~
Calvinistas, era la demo..
licion de las fortificaciones que habian
co~s~
truido para la defensa
de
sus plazas de
se-–
guridad ; pero el
Rey
lo pedia,
y
fué
pre~
ci~o
consentir en ello.. Por
lo demas, las
cosas
se
volviéron
á
poner en el mi smo
pie
en que estaban ántes de la guerra. En
gua n...
to al exercicio de la Religion
y
á/
los otros
priv ilegio~
de que go:taban los Refo rmados
en el
Reyno ,
en virtud del Edicto de N an-
1es,