C·ENERAT..
33.9
aprobaba este proceder de Jacobo II. Acon–
sejóle
que n1oderase
su zelo,
y
aprobando
sus
buenas inte·nciones deseaba
e~te
advertí·
do Poncífiae que consulta!'e ántes
1~s
reglas
..de la
prudencia
para no
tener contra
sí
su
Nacion
ya
preocupada ,
y
acabar
de
perder
el Ca
tolicisn1o ,
pereciendo él
al
mismo
.
!t1en1po.
Los rezelos del Pontífice no
tardáron
en
·verificarse.
Tod-:1s las Sectas se sobn:saltáron.
JEl
flvor concedido
demac;iado
pronto
y
bJs–
tante
francamente
á
los
Católicos,
hacian de–
cir
á
todos
los que tenían
in
te res c:n
trJ.sto·r–
nar
Ja..,
ideas del
l'ey
en
este
punto que
el Papisn1o ibJ.
á
recibir ,
y
gue dentro de
p.oco'
~eria
esclava
de
Ron1a
la Inglaterra, co–
mo en
otro tiempo.
Estas
conversaciones las
fomentaban los
Emisarios
del
Príncipe
de
Orange
Guillelmo de
Nassau , Stathuder de
......,
Holanda , yerno
de
Jacobo
II,
que
trablja-
ba
disitpuladamente
por
destronar
á
su
sue–
gro.
Sus manejos tuviéron
el éxíco
que
es–
peraba ,
y
habiéndose hecho
general
el dis–
gusto, exccut6 sin
dificultad la invasion que
habia
meditado,
quando
se
prestntÓ
en las
costas
de
Inglaterra el
.año
1
6
8 8
con cin–
tuenra navíos de
guerr;;
y
quatrocientas
em–
barcaciones
de
trasporte.
Muy
en
breve
se
hizo
Señor
de Londres; pero
esto
no
era
bastante para. contentar su
ambicion.
Queria
Y
z
ser
Siglo
L .
XVII.