GENERA
t..
·
1
1
8
9
ra
lograr sus
grandes
ideas ,
nos
pern1i
ten
Sigh
compararlo
con Sa.n Cárlos Borromeo.
Hay
XV.lJrasgos
de semejanza tan claros entre . est?s
dos
heroycos Arzobispos,
que
podrian su–
ministrarnos materia para hacer un paralelo
singular ,
si nos pusiescmos
á
delinearlo.
En
él
se vet·ia en uno
y
otro el mismo amor
á
la
Iglesia , el n1ismo anhelo , ]a misma
an-
sia para proc.urar la salvacion
de
las almas,
la
misma caridad con los · pécadores
y
ex~
tr~viados ~
el n1ismo esfuerzo en con1batir
les
'Vicios
y
los
abusos; en buscar
y
en
ins–
truir
á
los
que
el cisma
y
la he
regía
apar..
táron
del
camino
verdadero; la misma
cons~
tancia ,
por último, contra
los
·multiplicados
óhst-áculos ,
que las
pasiones · de
los
ho~
bres oponen regularmente al zelo de los Pas•
tores
tllas
santos. El
piadoso
Arzobispo de
Coa visit6
sucesivan1ente todas
las
Iglesias
de las
Indias
á
,que se
extendi:1.
su
jurisdic–
cion.
~o
e·s
posible
form:.1r una
idea sino
muy
corta
de
los
trabaJos
y
fatigas
que
tuvo
que sufrir en el
discurso
de
estos lar–
gos viages ,
y
n1énos
toda vÍa de
las con•
tradicciones que los Cismáticos
y
Paganos le
suscitaron por todas
partes, para
atajar
sus.
piadosas intenciones.
Esta visita no la emprendió con otro fin, -
que
con
el
de
disponer
los ánimos para
lo
_.que
se proponia
hacer
en el
Sínodo.
Con~
•
Sl-