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-JOS-

Jesucristo esté tan arraigado en la bistol'ia

y

la huma–

nidad.

Los viajeros que nos copiunican cada. dia nuevos da–

tos sobre el estado en que las dos tercet·as partes de la

humanidad gimen

y

languidecen fuera de la comunian

de la Igle in, acumulan un nuevo tesoro de pruebas

y

comparaciones que no admiten réplica.

Tambien vuelven

á

nosotros los pollticos,y los que,

despues de una larga experiencia, echan una mirada de–

sinteres:>da hácia las crecientes olas de la democracia,

comprenden bien que el

pon'cnir

,~a

presenciar un

movimiento, formidable, si no es cristiano;

y

vemos que

t<Jdos los ilustres ancianos que forma el senado del es–

píritu humano. recomiendan, antes de

morir,~~

Jesucris–

to Crucificado, no.solo su alma, sino tambien su patria

y sus hijos.

Y veo que tambicn losartistas conservan el amor de–

licado y sublime de un bello ideal de pureza, los -reo

que vuelven á nosotros,

y

que piden¡( las piedras de

nuestros templos un rincon en que se les permita trazar

algo mas que ilu iones groseras é imágines sensuales.

La industria, sí, tambíen la industria viene á nosotros;

y

á

proporcion que en los talleres el espíritu de familia

sucede al espíritu de especulacion inb•Jmana, el Cruci–

ficado va entrando en los talleres, y en medio de largos

edificios simétl'icos se levanta la iglesia,

y

la casa do las

HerJllanas de la Caridad. Y no hablo aun do las almas

amantes y de los corazones puros, de las madres inquie–

tas y de los hombres desengañados, de los héroes gene–

rosos

y

de los huérfanos tímidos que vuelven

á

nosotros,

nos asaltan, nos rodean, pidiendo

á

la Iglc ia el úni–

co ási!o que hay aun en pié en medio de una sociedad

tan devastada, contra las tempestades de la duda, del

abandono, de la desesperacion, de la tentacion, de la

muerte.

Si; lo repito; al atacar á Jesucristo, ciegos enemigos,

habeisexperimentado una vez mas lo que vale,

y

lo que

pesa en los destinos humanos. Al dia siguiente de ha–

berse cometido un atentado contra el Soberano, la na–

cion se queda confusa y se agrupa á su

alreded~;

una