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oes secular ·y
á
todas luces.providencial, que
han ejercido los Sumos Pontífices en su cali–
dad de soberanos temporales de una parte del
territorio de Italia. -
Hoy quisiéramos reproducir en esta carta
cuanto os dijimos en la que firmábamQrS el 26
_de Noviembre del año del Señor de
1867.
:Mas,
ya q¡1e no lo hacemos, por no 3;largarla dema- •
siado, os r ecomendamos eficazmente su lectura,
y ll amamos de nuevo vuestra atencion sobre
el escandaloso atentado , cuya consuinacion no
permitió Dios entónces, y que ahora se ha rea–
lizado de una manera deplorable, porque así
lo tolera el Señor para la glorificacion de .su
Iglesia; pues la ha constituido sobre la tierra
como un ejército qu.e combate para entrar al
cielo. -Al cielo, ·venerables hermanos y ama–
{:]_os hijos en Nuestro Señor Jesucristo; al cie–
lo, verdadera tierra de promision, mas costosa
y digna ele nuestros sacrificios, que aquella há–
cia la cual peregri naron los Israelitas ·cuarenta
?>ños por el desierto.
Desde que t uvimos noticia fidedigna del
horrendo
críni.enque motiva esta carta, qui–
simos dirigirnos
á
vosotros; pero teníamos que
llenar primero otro deber: el de participaras las
enseñanzas que el Sncro Ecuménico Concilio
Vaticano nos diera, en la sesion
4~
solemne–
mente celebrada el dia
18
deJulio del presente
. año. En aquella augusta asamblea , los vene–
rables pastores de la I glesia ofreciéon al Pas.–
tor de los pastores una aur eola resplandecien–
te, cuya-fú lgida luz bajó del cielo para posar
~?bre
sus venerandas _sienes y esparcir sus cla-
. r1dades sobre el místicq cuerpo de J esus, la