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lencio
J
paci enc ia
á
SU
propi o
,d ;1.Ji0
y a
Ja trnnqnÍJirlaa
y
pi..:H.:er de sus opr esores: debeo
arroriill ~ rse
para reei hir
cbn respeto el
ultr<~j e ,
ofrecer en si,le·ncio
y
con
m~ n s~dumbre el cuello
al
cuchillo que
IM
Íiir r r . Pnil p<tlabra,
un qu ejido
pbr
sumiso que sea,
es
un nuevo crimert: cr
i–
men de rebe lion .
¡CUANTAS
p
ueh as
no
tel1eis de
la
justiria de
estas ob servaciones
C <1
io que ha aca e ciclo
y
ac;let:e ! Sin
s il lir
rlP.I
asunto
que
nos ocupa, provo ca do subit¡¡ rn ent e el
S•r. Obispo por la calumnia
y
ultraj e, despu€s por el abu–
So
mas arbitrario del poder, es puest.o entre los e nemi–
gos por que
~e
le aborrece
y
se le quiere percler. Si
se
queja, es criminal. Si sin qu(-j ,n·se re stst e
il
ordene s p;r(l–
vbsas
a
sus int<n es es
y
_d e r e t'ho ~ ,
es rebeld e . Si clt·fi e n–
de alguna vell su honor ultr«j atlo.
~~~
¿ ¡611id ad :-tropell a–
da, se le de d;1ra mas cu!p:. Gie por que ti ene
la
sen sihi·–
li dad _del pundonor
y
de la virtud
y
se
;1gr:1ra su
per–
se cucion, pre tendi end o ju stifi ca rla con el enojo
y
la re–
sistencia producidos necesari ,tme nte por una conciencia
pura que le dá tes timonio de
Eer
1njusti simos los rrue–
les
tra t<~ mi e nto s
á
que se le somete. Si sufre, call<l,
y
procura de sa rmar el encono con la
pa c ienc~ia;
la calumnia
continua urdiendo su horrible trama, minando mas
y
mas
su reputacilm,
y
multiplicando sus ultr aj es. No pued e pues
callar , ni hablar: no pu ede quejarse,
ni
sufrir: todo le
ofr ece iguales peligros,
á
la vez·; que en sus penwgu icl o–
res la viol encia de que le hacen bl anco, la eru e!rl arl ,' e l
c.lvi do de las leyes, el atrope lbmie nto
de
los dc re{· hos
es pura
b o nd ;~ d,
es amor al bien,
es
p1ti:ioti smo,
y
patrio–
ti smo
singul .-n·, noble
y
heroico. El es hecho culpable
1
si e·ndo
p e rse ~uido,
para
qu e los pe rs ep:oidores
~ ea n
no
solo ino centes sino recom endabl es
y
hen eme rit os
p or
la
perserucion. El hon or de la
VJCÍÍilHI
se sac·rifJea
a
lll re.–
putacion de l sacritl canor. Es neces ario mnn r harla
·y
Pnne–
gre ce rla
á
la vez que se le asesina,
p<tnl qu e
e l ases.inato
nfl
manche al que le practiea,
y
para que
p a r<>s c~;J ~ ef
ob i', de la justici á la que solo es in spintd:l por el odio .
·
SI lwy
un a voz qu e la de fie nda, que procure
de--
tener la
Jr.<<hO
que tien e levant ado e l
t!U('hi l! o,
ú
es
s·u,..
'{!)cada
con lus amenazas,
ó
condenarla
á sufrir igualmente