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Las cuestiones re ligiosas asumen un carácter ele–
vado, cuando, al traves de intereses, qne parecen de
mera disciplina, asoman otras de a ltísima significacion
dogmática. Entonces merecen la de licada
y
preferen–
te atencion de l filósofo y del estad ista , porque se re–
fieren
á
lo mas esencia l que tiene la vida <'le un puebl o.
Desgraciadamente , atravesamos una época en la
historia de la civilizacion, en la que existen muchos
espíritus ligeros
y
super fi ciales, quienes re lega n
á
un
órden secundario las cuestiones religiosas, teniéndolas
en menos que otra clase de intereses.
Sin embargo, en nuestro pais hay qui en nos escu–
che: .el sentimiento católico no está, no ha e)5tado
nunca adormecido, y en cuestione-s como la presente
sabe levantarse
á
la altura de la situacion.
Por eso vamos
á
consignar en unas cuantas páginas
los límites
y
fund amentos de una cuestion, que, si lle–
gase
á
desarrollarse en toda su amplitud, seria la pri–
mera en su género de qne tuviese nwmoria el pais;
pero, al mi smo tiempo, la única que bastaría, por sí so–
la, para dejar fijada la condicion futura de Jos princi–
pios
é
intereses católicos en el Perú.
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