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Cree U. Sei
'í.orPresidente, que Pio IX será mas franco y liberal
con
el Perú que lo ha sido con Bolivia? ¿N o sabe U. bien, que
no es el Papa el que manda en Roma sino la Curia?
¿Y
si el Con–
greso de Bolivia no puede pasar por el Concordato de Santa-Cruz,
á
quien alucinaron tanto en Roma, que creyó que babia hecho el
mejor; podrá nuestro Congreso pasar por las cortapizas, que necesa–
riamente se impondrán á la autoridad de los poderes civiles del Es–
tado? Sería para nosotro una verguenza que sucumbiésemos al im–
perio de la táctica curialística, por solo tener el gusto de tratar
con el Samto Padre, de cuyas gracias en lo temporal no necesita–
mos absolutamente, y serviría de una mortificacion para U. ver
desaprobada la obra de sus manos.
Reflexione U , pues, mi General, mi amigo, en el tenor de esta
carta, que solo es el fruto de mi amor á la dignidad del país, y al
honor de su Gobierno. Quiera U. reunir, reservada y ocultamente
en su gabinete algunos hombres instruido , imparciales, y que sin
ser santurrones, sean verdaderamente religiosos; y trate con ellos
sobre la nece.,idad
ó
inconveniencia de tal Concordato, y proceda
definitivamente segun la opinion mas fundada.
Yo quisiera poseer las mas precisas calidades para convencer
á
U., y la influencia bastante, para que U. me oyera con calma y sin
prevenciones anticipadas: mas ya que unas
y
otras me faltan, me
consuelo con que U. recibiera esta carta con la bondad á que son
acreedores mi patriotismo,
y
el afecto personal que U. conoce le
profeEa su adicto servidor y amigo
Q.
B. S.
JJIJ..-
Esta carta
fué
contesftlda mui atentamente,
y
aun
se encargó al Senado se •tspendiera la discusion sobre
et Concordato: mas d poco, el interesado en la mision
logró que se continudra.