PRÓLOGO.
St
en alguna época se ha hecho necesario el des–
arrollo de teorías de equilibrios y·COntrapesos, es en
la presente. Hoy, en que al magnífico edificio social,
minado por el brazo robusto de una triple alianza,
se le vé ladearse hácia el suelo; hoy, en que la car- ·
roza del catolicismo sufre en su marcha recios sa–
cudimientos por parte de sus enemigos confedera–
dos , con riesgo de balancearse hácia el derrumba–
dero fatal, aunque no de perderse en él; hoy se hace
imprescindible y urgentísimo un tratado de
Equi–
librio.
La triple y aciaga federacion , que en nuestro si–
glo amaga á la sociedad
y.
á la religion á la vez, es
la del
pr·otestantismo, jansenismo
y
filosofismo.
Perdi–
do el protestantismo en el laberinto de centenares de
sectas , que se disputaban una creencia, y abruma–
do de los delirios de su
juicio privado ,
hizo liga con
la filosofia incrédula; y proclamando de consuno un
puro
racionalismo,
juzgó haber encontrado la opor–
tunidad de
protesta~·
con mas energía contra
e!
colo-