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cias del corazon humano deducía y anunciaba las deQ

sastrosas consecuencias, que hoy día deplora la Euro–

-pa. Lo que aquí se Jlama hoy alanna infundada, ha

sido para España

y

Francia una infalible profecía.

Por fortuna el diario que ha dado ese calificativo al

editorial de "La Sociedad" del lO de Abril por haber

visto en el amotinamiento de los trabajadores de la

Aduana del Callao "un germen ele la revolucion co–

munista"

y

la sombra de la Internacional, ha veniclo

irreflexiblemente

á

desmentirlo: el mismo editor de

"El eco de la semana" del "Comercio " de 13 del

presente Abril se produce así: "¿qué dirá el diario re–

"ligioso, si le revelamos que aquel fantastna de la

In–

"ternacional que -ha visto presentársele como una

pe~

. "sadilla en su delirio febril por todo lo que no viene

"engastado con la Iglesia

ó

el sacerrlocio, no es tal

"fantasma sino una realidad viviente?''

"En efecto, es cierto que se han puesto en relacion

"alguno

ó

algunos agentes de la Internacional con va–

"rios artesanos de Lima, de los que mas influencia

"gozan en el círculo de los trabajadores

y

que les han

"presentado las bases de la organizacion de una "sn–

"cursal;" pero tambien es cierto que las propuestas

"han sido rechazadas, porque tal institucion, que tiene

''su razon de ser en Europa, no tiene ni tendrá objeto

"entre nosotros por mucho tiernpo."

Tal es el último concepto del candoroso revistador

·semanal, expresado por la buena fé

y

el laudable de–

seo de la felicidad comun. Pero las pruebas aducidas

por él mismo para desn1entir ese oqjeto le dán una

realidad viviente.

"Hay en nuestra sociedad, prosigue

"nuestro revísta:ior, ciertas causas que son, en cierto

"modo, comunes

á

la gente proletaria

y

á las clases

"superiores. La pereza, la indolencia, Ja poca abne–

"gacion, el ningun

~spíritu

de economía, ¿no los reco–

"nocemos tanto en el carpintero corno en el empleado?

"Díganlo si no las alternativas de fortuna de nuestras

"farnilias

y

]a miseria de ciertos hogares rnenos fel ices

'~que

el ca rabanchel de un albañil?"

Si así es, el sincero autor de estas lineas, volviendo

con mas reflexion sobre sus pasos, convendrá con no.