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tndo profundo pensador sobre aviso, es esa aglomera·
cion de elementos cornbustibles, que la velocidad del
vapor itnporta semanalmente de ultramar
á
nuestras
ciudades, tan expuestos
á
la fatal explosion por-cual–
quiera chispa que prenda en ellos. Lo qne nos asusta,
lo que debe asustar
á
toda alma recta, en cuyo fondo
late un sentimiento de religion y patriotismo, es esa
circulacion eléctrica de la palabra
del
error, que ni las
inmensas rlistáncias, ni los abismos del Oceano pueden
impedir· que todo lo invada, todo lo corrompa, todo lo
tnalee, inteligencia, enseñanza, lPgislacion, civiJizaciqn,
rnoral, religion. Son demasiado estrepitosos los hechos
contemporáneos para pernHlnecer tranquilamente ador–
n1ecidos en el lecho de la indiferencia.
Se nos
dirá,
quizá, que somos ''unos visionarios,
unos soñadores escrupulosos que sembramos la n1as in–
fundada alarma,'' como de tal se le ha calificado por
la prensa limeña al diario religioso "La Sociedad,"
con rnotivo de su editorial: Huelga de obreros del Ca–
llao?
Muy gustosan1ente pasaríamos por esta humillacion
á
trueque de ver
á
nuestro amado suelo exento del
contagio casi universal. Pero, por desgracia, las ins–
piraciones mas candorosas de una confianza ilirnitada
no siernpre son parte para eludir las consecuencias de
la lógica inflexible de los hechos. ¿Quién de los espa–
ñoles acusaría hoy de vis1onario al sábio Balrnes, por
haber escrito en su Filosofía elemental, hace unos vein–
te años, estas literales palabras. "En la actualidad es
rnas necesario que en otros tien1pos el estudiar
á
fon–
do el principio del derecho ele propiedad, porque se ha–
lla vivamente con1batido por escuelas disolventes, y
an1enazado por sectas audaces, que probablemente cau–
sarán profundas revoluciones en el porvenir de las so–
ciedades n1odernas."
A
la razon apenas se discutían
en Francia las teorías de Saint-Simon, y se instalaban
en Inglaterra, Suiza y Alemania, las sociedades socia–
listas y comunistas sobre los principios deletereos pro–
clanlados por Roberto Owen, M. Cabet y el Dr. Veit–
ling. N o era eJ soñador de rnal agüero, era el filósofo
pensador que del carácter del error y de las tenden-