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religiosos y
libertinos:
y
el rápido
y
feliz
exi.tode
los Mahometanos, Holandeses, Ingleses, E:J'c. demues–
tra cuanto ayuda
á
la sólida regeneracion el espirittJ,
J"eligioso.
§.
VL
Dos reFzgiones en un estado conducen a una lucha que de–
/Je cMcluir con la destruecion del estado o r¡ie algl!lno de
Jos partidos religiosas.
Si la
multit~d
de religiones
i~duce
á
la
abso~
luta irreligion: cuando los estados solo eomprendeu
dos religiones·, entonces peligra 1a tranquilidad
~acial,
y
á
cada momento se vé espuesta la republica
á
una
gu~:rra
civil. Es verdaderamente admirable la unifor,.
midad con que la historia desde que aparece al mun-.
do, constantemente nos presenta est<t peligro enlos pue,.
blos; sin que las leyes de tolerancia ,
y
la mas abso.,.
luta libertad de conciencia
y
de culto , hayan podi"
do ·salvarlos de este desorden.
Tolenntisimos eratl los Asirios y Persas ,
y
siempre sufrieron sublevaciones de los Egipcios
y
Ju–
díos que profesaban distinta religion ,
~asta
que se
determinaron aquellos monarcas
á
destruir el templQ
de
J
erusalen, y degollar al Dios A pis de los Egi·
pcios. Muy tolerantes eran los Romanos especialmen•
te con los Muni.cipios
á
quiene~
dejabau todas
su~
leyes y costumbres. Solo la religi()n Judaica era dia–
metralmente opuesta al Polytheismo del Imperio ,
y
jamás existíó una sublevacion mas. sangrienta
y
obs–
tinada. que la de los
J
udios , cuya nacit3n fue nece–
sario dispersar, corno tambien lo
hicieron los Asirios,
La absoluta tolerancia de J.os Arabes no pudo
nacionalizar la dominacion de cerca de
.800
años
q~e
tuvieron en España , principalmente por la diferen–
cia de religiones, que siemp-re sirvió de estandarte
y
punto de apoyo
á
los Cristianos para sus guerras. Los
Turcos en mas de tres siglos que fijarrm su misma
corte en las provincias griegas , no han podido nacio–
nalizar su dominacion en
el
pequeño pais .de la Gre–
cia , por la diferencia de religiones ,
á
pesar de la mas